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Cruz Roja y el municipio mantendrán el albergue de refugiados de San Blas

Los solicitantes de asilo y refugio que lleguen a la ciudad podrán seguir cobijándose en el albergue El Parque, regentado por Cruz Roja en San Blas. El convenio entre la organización humanitaria y el Ayuntamiento de Madrid por el que se abrió este recinto finalizó el pasado 31 de octubre. Pero ambas entidades quieren renovar el acuerdo por otro año más. La firma, aseguran, "es una cuestión de trámite; hay voluntad de que siga abierto".

Blanca Manglano, vicepresidenta de Cruz Roja en Madrid, califica de "positivo" el funcionamiento que ha tenido el centro desde su apertura, a finales de diciembre de 1992. La concejal de Servicios Sociales y Comunitarios del gobierno municipal, Ana María García Armendáriz, también está contenta con la trayectoria de este servicio.Por albergue, con 190 plazas, han pasado ya 830 solicitantes de asilo y refugio. El 48% de los alojados desde enero a octubre procedían de África; el 36%, de países europeos; el 11 %, de América; el 3%, de Oriente Próximo, y el 0,7%, de Asia y Extremo Oriente.

El Parque comenzó a funcionar con cuatro trabajadores, a los que se han añadido otros tres más: dos educadores sociales y un coordinador, que atienden durante la noche a los refugiados y mantienen la disciplina en el interior del recinto. El personal y los gastos corrientes del recinto corren a cargo de Cruz Roja, a través de una subvención del Ministerio de Asuntos Sociales. El Ayuntamiento cede el local, que rehabilitó para tal fin.

Este albergue se habilitó en un antiguo colegio de la calle de Valdecanillas, que permaneció dos años abandonado por el descenso del número de niños en edad escolar. El paso del tiempo y la entrada de gamberros produjo serios desperfectos en las instalaciones.

Antiguo colegio

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El Ayuntamiento emprendió su arreglo después de derribar otro cobijo para refugiados en el paseo del Rey. Sus primeros alojados fueron un grupo de inmigrantes dominicanos desalojados de la antigua discoteca Four Roses de Aravaca, donde vivían con su compatriota Lucrecia Pérez, que murió víctima de un crimen racista el 13 de noviembre de 1992.

El edificio tiene dos plantas con dormitorios, aseos, una sala de estar, una cocina con varios fuegos para que los albergados puedan hacerse la comida, un almacén con algunos víveres que se distribuyen de forma gratuita y las oficinas de los responsables. Otro recinto anexo acoge dependencias de la Policía Municipal.

Madrid es la comunidad autónoma con más solicitantes de asilo y refugio de todo el Estado. El 85% de las 11.700 solicitudes presentadas en 1992 se pidió en esta región. Todas ellas se cursan en la Oficina única de Asilo y Refugio de la calle de Pradillo. Pero sólo se concede un 4% de las peticiones.

El número de solicitudes aumenta un 50% cada año, según la delegación del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en España. En 1991 hubo unas 8.000 peticiones y el año pasado fueron 11.700. Hasta el 31 de septiembre de 1993 ha habido 9.486 solicitudes y para finales de año se espera llegar a las 14.000. En muchos casos se trata de inmigración económica más que de persecución política.

Peruanos, polacos, dominicanos, senegaleses y rumanos son los principales solicitantes. Pero las concesiones de asilo las logran afganos, somalíes, iraníes, iraquíes y cubanos.

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