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El Ayuntamiento madruga y precinta, a la tercera, el bar de la casa de Besteiro

Esta vez, los agentes locales madrugaron más que los camareros. Un día después de que los empleados y los clientes evitasen por segunda vez el cierre del bar Chiky (en el bajo de la casa donde nació el dirigente socialista Julián Besteiro), los agentes rodearon el edificio y lograron precintar el local antes de que llegasen los empleados. La Comunidad de Madrid cree que el Ayuntamiento se ha excedido, porque la decisión judicial en que se basa el Ayuntamiento para ordenar el precinto sólo ordenaba que se autorizase la entrada al edificio.

El viceconsejero de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid, Ramón Caravaca, censuró ayer la actitud del Ayuntamiento por el precinto del café. "Se excede en lo que ordena el juez. La orden es de entrada. Además, en lo que la Comunidad está de acuerdo es en demoler la parte del edificio que está dañada. La primera crujía de la casa [donde están la cafetería y la tienda de accesorios de motocicletas] y la caja de la escalera están perfectamente, según nuestros técnicos, y se puede hacer la obra sin necesidad de desalojar de allí a la gente".El jefe del departamento municipal de Protección a la Edificación, Fernando Macías, señala, sin embargo, que si se ha llegado a la orden de precinto es porque el dueño del bar se ha negado a dejar entrar a los técnicos.

Clausura al alba

Una docena de agentes rodeó hacia las siete y cuarto de la mañana la cafetería e impidió la apertura normal. Los nueve trabajadores y algunos clientes asiduos habían impedido el miércoles, por segunda vez, la clausura, porque creen que, con el pretexto de solucionar la "ruina inminente parcial" decretada por Gerencia de Urbanismo, se pretende demoler el edificio (catalogado con el máximo nivel de protección urbanística por el Ayuntamiento).El propietario del bar Chiky, Nicasio Abramo, asegura que Fernando Macías está "empeñado en tirar el edificio". "Me dijo que lo que tenía que hacer era marcharme porque el edificio está en ruinas y se va a tirar", relata.

Tanto Abramo como la secretaria de Urbanismo de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, María Roces, consideran que las obras necesarias para eliminar el peligro de derrumbe no implican que se desaloje el bajo.

El dueño del bar clausurado ha logrado que los grupos de la oposición (PSOE e IU) lleven al pleno de hoy su problema y pidan que se levante el precinto. Los propietarios de la casa alegan que es necesario que se vayan los inquilinos para acometer la obra, que no piensan tirarla ni especular con el inmueble.

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