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Polémica en Argentina por el turbio secuestro del gobernador de San Luis

La sociedad argentina debate, entre la indignación y la incredulidad, el caso del supuesto secuestro del gobernador peronista de la provincia de San Luis. Un caso lleno de elementos oscuros.El argumento de un vídeo aún no difundido, pero por el que ya se relame de ansiedad todo el país es el siguiente: Adolfo Rodríguez Saa, el gobernador de la provincia de San Luis, situada en el centro del país, es secuestrado de madrugada cuando viajaba solo en su coche. Un grupo de personas que se trasladaba en otros dos automóviles le intercepta, lo golpea brutalmente, le encierra en el portaequipajes y se lo lleva fuera de la capital provincial, hacia una zona turística conocida como El Trapiche.

Tras atravesar caminos de tierra y de montaña, los secuestradores, que tenían sus rostros cubiertos con medias de mujer y pasamontañas y sólo hablaban para dar órdenes, hacen desnudar al gobernador, le amenazan con armas y le obligan a protagonizar escenas de sexo con mujeres que le aguardaban en el cuarto de una casa rural. En medio de la fiesta, fotografiada y grabada por otros dos encapuchados, se abren botellas, sobres de bicarbonato de sodio que simulan cocaína -o viceversa- y se goza, dentro de lo que cabe en una situación tan tensa.

Cuando todos acaban, uno de los secuestradores le pone una papeleta en el bolsillo al gobernador con las instrucciones: antes de diez días deberá pagar tres millones de dólares si no quiere ver las escenas ofrecida a todo el país.

De regreso hacia el centro de la ciudad en el amanecer del viernes 22, el gobernador decide callar su drama. En las primeras horas de la mañana le atiende un médico en su domicilio. Al parecer tiene una fisura en el tabique nasal y un hematoma casi le cierra casi el ojo izquierdo. El domingo 24 viaja a la capital del país y se entrevista con el presidente Carlos Menem. El lunes 25, el gobernador decide enfrentarse a los periodistas y contar todo.

En Buenos Aires, Menem duda. Dice que hay muchas "zonas oscuras" en el relato. El ministro del Interior asegura con gesto preocupado ante los periodistas que se trata de un "hecho muy grave" y que va a realizarse una investigación "hasta las últimas consecuencias". Cuando las luces y los magnetófonos de la prensa se apagan, los funcionarios del Gobierno central se ríen a carcajadas del relato de los hechos que hace el gobernador.

En San Luis, los portavoces del Gobierno provincial también se contradicen. Adolfo Rodríguez Saa insiste en que "si Menem tiene dudas es porque sus asesores son de cuarta categoría, yo ya había denunciado un intento de secuestro hace dos meses" y se angustia porque no escucha más voces de repudio al secuestro de la clase política.

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