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El Gobierno británico decide enviar más tropas a Belfast para frenar la oleada de violencia

Enric González

La violencia se ha adueñado, de Belfast. Las bandas unionistas siguen cobrándose venganza por el atentado republicano del sábado, que costó la vida a 10 personas, yafirman que su respuesta "no ha hecho más que empezar". Entre la noche del lunes y ayer a mediodía los pistoleros protestantes asesinaron, en distintos tiroteos, a tres católicos sin relación conocida con elterrorismo. -El Gobierno británico afirma que la situación "no está fuera de control" pero ha decidido enviar más tropas y policía a Belfast para tratar de detener el baño de sangre.

Un anciano - de 70 años fue muerto a tiros el lunes por la noche. Antes, según sus asesinos, 'fue interrogado durante una hora". A la mañana siguiente, los pistoleros unionistas ametrallaron a un grupo de basureros. Dos de ellos murieron, otros cinco quedaron heridos. A mediodía, otra persona fue tiroteada y sufrió heridas graves, casi enfrente del domicilio del, terrorista del IRA (Ejército Republicano Irlandés) que murió el sábado reventado por su propia bomba. Todos eran católicos. Testigos presenciales aseguraron ayer que otro católico resultó herido por los disparos de un soldado británico.Las bandas protestantes de la UFF (Luchadores por la Libertad del Ulster) campaban ayer por Belfast, ante la impotencia de las-fuerzas de segur¡dad y la desolación ciudadana.

"Pozo de sangre

El primer ministro británico, John Major, admitió ante la Cámara de los Comunes que la oleada de violencia sectaria ahondaba "el pozo de sangre" y alejaba la esperanza de pacificación. "Todo el peso de la ley caerá sobre los asesinos, de uno y otro bando", manifestó Major. El primer ministro respaldó implícitamente la decisión del Ministerio del Interior de prohibir la entrada en la isla de Gran Bretaña a Gerry Adams, líder del Sinn Féin, el brazo político del IRA. El responsable del orden público en Irlanda del Norte, Sir Hugh Annesly, anuncié a su vez la llegada a Belfast de más policías y soldados y la movilización general de todos los, efectivos. El volumen de los refuerzos no fue cuantificado, por razones de seguridad. En total, unos 20.000 soldados británicos se encuentran desplazados ,en Irlanda del Norte, a los que hay que sumar unos 10.000 policías.

"Habrá más patrullas en la calle" dijo Annesly, quien agregó que la situación no estaba fuera de control: "No hay riesgo de caos", aseguró. Entre la ciudadanía, sin embargo, se extendía la impresión de que las bombas y las pistolas volvían a imponer su ley en la ciudad, como en los peores momentos de los años 70. Pese a la llegada de nuevos refuerzos, la policía se ve impotente en estos momentos. Carece casi por completo de agentes infiltrados en los grupos terroristas, y no pueda hacer otra cosa que adornar cada acera con una pareja de paracaidistas armados.

Pero los controles, tanquetas y ametralladoras de las fuerzas de seguridad pueden hacer muy poco contra la violencia indiscriminada.

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