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Las deducciones fiscales crecerán el año proximo el 25%, y la recaudación, el 4%

Para el año próximo, el Gobierno ha previsto unos gastos por deducciones fiscales de 1,710 billones de pesetas, lo que supone un 25,7% más que el año anterior. Este crecimiento es algo más de seis veces superior al 3,9/o de incremento presupuestadopara los ingresos del Estado. Estos datos hacen afirmar a un alto cargo del Ministerio de Hacienda que el sistema fiscal español "es un coladero" en especial, tras la entrada en vigor de la Ley de Renta de 1991. Estas deducciones son las que se prevén en el proyecto de ley de Presupuestos.

Los incentivos fiscales a las empresas (los denominados gastos fiscales), entre otros los acordados con los nacionalistas catalanes de CiU, provocarán que las deducciones por el impuesto de sociedades supongan el año próximo aproximadamente la mitad de la recaudación.El gasto fiscal, es decir, lo que Hacienda deja de ingresar para incentivar determinados gastos e inversiones, dará un salto el año próximo del 25,7% en relación al presupuesto de este año. En total, 1,710 billones de pesetas, 13 de cada 100 pesetas de ingresos presupuestados. Proporcionalmente, los gastos fiscales crecerán el año próximo seis veces más que el incremento esperado para los ingresos (un 3,9% sobre la previsión de liquidación del año 1993).

El impuesto que mayor gasto fiscal conlleva es el de la renta sobre las personas físicas (780.873 millones de pesetas), entre otras razones, porque es el que representa el volumen de recaudación más importante (45,7% sobre el total de ingresos del Estado). El crecimiento de las deducciones fiscales en el IRPF es del 26,8%, cuando el incremento de recaudación previsto es de sólo el 0,3% sobre el presupuesto en 1993 y del 6,3% sobre el avance de liquidación de este año.

Fuentes del Ministerio, de Economía y Hacienda achacan este fuerte crecimiento del gasto fiscal en el impuesto sobre la renta de las personas fisicas a la ley del año 1991, aprobada con el consenso de todos los grupos parlamentarios salvo el Partido Popular, y que dejó desarbolado al impuesto considerado madre. La necesidad de contentar a todos llevó a que aumentaran hasta el 5% las deducciones de las rentas del trabajo y a que, prácticamente, se desfiscalizarán las rentas del capital.

Otra de las razones esgrimidas es que, por primera vez este año, se contabilizan deducciones de las que antes no se tenían datos. Por el contrario, no figuran en este presupuesto los incentivos fiscales previstos en la Ley Financiera cuyo contenido se discute paralelamente a la Ley de Presupuestos, La razón, según Hacienda, es que la mayoría de ellos tendrán efectos económicos un año más tarde, cuando se presenten las correspondientes declaraciones.

Los donativos

En el impuesto sobre la renta. aparece por primera vez un gasto fiscal por valor de 75.000 millones de pesetas por la exención para los rendimientos de la deuda pública que esté en manos de extranjeros.

También entra por primera vez la deducción por donativos (al Estado, las comunidades autónomas, los ayuntamientos, Cruz Roja, Iglesia Católica y otras confesiones religiosas, fundaciones y asociaciones declaradas de interés público) que ascenderá a 2.500 millones de pesetas. La cuantía de deducción más importante es la relativa a los rendimientos del trabajo, que crecerá un 5% hasta llegar a alcanzar los 315.000 millones de pesetas.

En el impuesto de sociedades, los nuevos incentivos a la inversión previstos en la Ley de Presupuestos del Estado para 1994, acordados con los nacionalistas catalanes de CiU, junto con el paquete de medidas reactivadoras aprobado a principios de este año, han llevado a un caso único en el que el gasto fiscal (436.000 milllones) representa más de la mitad de la recaudación prevista (820.020 millones) y un crecimiento del 33,76%. En un documento interno del Ministerio de Economía y Hacienda se revela que, de no haberse aprobado estas medidas, el crecimiento del presupuesto de gastos fiscales en el impuesto que grava los beneficios de las sociedades habría sido sólo del 6,15%.

Las instituciones de inversión colectiva, cuyos beneficios tributan al 1%, en lugar de al 35% como el resto de sociedades, se llevan la mayor parte de los beneficios fiscales de este impuesto, con una cifra total de 188.000 millones de pesetas, lo que supone un crecimiento del 56,7% respecto del año anterior. La caída de la inversión y la práctica supresión, en el mes de julio del año pasado, de los incentivos para creación de empleo hacen que esta partida caiga un 91,6%, ya que pasa de 119.000 millones presupuestados en 1993 a apenas 10.000 millones previstos para 1994.

Las fusiones

La supresión del régimen de exención fiscal para las fusiones y reorganizaciones empresariales rebaja también la cuantía de gasto fiscal prevista por este concepto en un 40%, y pasa de 50.000 millones a 30.000 millones de pesetas. Por último, el decreto de febrero pasado referente a incentivos fiscales a la inversión supone un nuevo gasto fiscal por un valor de 50.000 millones de pesetas.

Otro caso único es el del impuesto especial sobre bienes inmuebles de entidades no residentes, creado en la ley de renta del año 1991, cuyo gasto fiscal (4.500 millones de pesetas) supera en un 900% a la recaudación prevista (500 millones de pesetas). La razón, según explica el Ministerio de Hacienda, es que se trata de un impuesto "con carácter censal y no con finalidad recaudatoria".

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