"El presidente de Rusia debe estar por encima de los partidos políticos"

El peligro de autoritarismo y la inestabilidad en Rusia se mantendrán hasta las elecciones parlamentarias del 12 de diciembre, aunque el periodo más crítico ha pasado ya, según Yuri Baturin, el ayudante del presidente Borís Yeltsin responsable de asuntos jurídicos. En una entrevista con EL PAÍS, Baturin aseguró que "esta semana la atmósfera es otra" en el entorno presidencial.Durante más de diez días, desde el fin de los sangrientos sucesos del 3 y el 4 de octubre y hasta el 15 de este mes, Baturin confiesa haber sentido un "agudo peligro" de que los partidarios de la mano dura en Rusia aprovecharan la situación.

El proyecto de decreto para prolongar el estado de excepción, que, de haber sido aprobado, hubiera dado grandes prerrogativas a los poderes fácticos, fue, según Baturin, la síntesis de las diferentes iniciativas conjuradas. El proyecto procedía del Ministerio del Interior, y el ayudante presidencial, doctor en derecho y antiguo asesor del Fondo Gorbachov, denunció públicamente aquel documento, que, según afirma, nunca llegó a la mesa de Yeltsin.

Comentaristas independientes consideran a Baturin, uno de los autores de la Ley de Prensa vigente en Rusia, como una de las figuras "más civilizadas" del entorno de Yeltsin. Éste contrató sus servicios para eliminar las pifias en los textos legales de la Dirección Jurídica del Estado. En el diario Izvestia, Baturin se distanció del decreto presidencial que disolvió el Parlamento el 21 de septiembre.

Baturin está en contra de las intenciones del alcalde de Moscú, Yuri Lushkov, de prolongar el estado de excepción mediante la aplicación de algunos de sus elementos, tales como las deportaciones de los ciudadanos no empadronados en la capital. "El estado de excepción ha concluido, y es ilegal que alguien intente restringir ahora el régimen de entrada y salida de Moscú". "Si alguien es deportado, se puede dirigir a la Fiscalía, a la Comisión Presidencial de Derechos Humanos o al Juez", asegura.

Uso de los medios

Baturin prepara las normas para el uso de los medios de comunicación durante la campana electoral. Su proyecto, escrito con ayuda de sus alumnos en la Escuela de Derechos de los Medios de Información, favorece el pago del espacio publicitario y obligaría a las cadenas de televisión a facilitar a los diversos candidatos espacios y tiempos en las mismas condiciones. Los contendientes tendrían además un tiempo gratuito "al principio" y "al final" de la campaña, aunque, dado el corto plazo hasta los comicios, este punto sólo se podría aplicar al final.Baturin planea fundar una especie de ombudsman, integrado por periodistas conocidos e imparciales, que, aparte de la Comisión Electoral Central y el juez, actúen como garantes de la distribución equitativa del tiempo televisivo.

Baturin considera "incorrecto" identificar el bloque electoral Opción de Rusia con el partido del presidente. "Hay un partido que quiere llamarse el partido del presidente, y así lo hace, introduciendo esta expresión en los medios de comunicación y en la conciencia social, pero el presidente debe estar por encima de un partido". El jurista está en contra de los intentos de amordazar a Nezavísimaya Gazeta, un diario independiente muy duro con Yeltsin. Esta publicación se ve amenazada por las condiciones que tratan de imponerle las autoridades gubernamentales y municipales. "Esto es ilegal, y si el periódico se dirige al juez estoy seguro al 100% de que éste dará satisfacción a sus demandas".

En lo que respecta a los partidos políticos prohibidos sin decisión del juez por su supuesta participación en el motín armado, Baturin cree que "el Ministerio de Justicia no actuó arbitrariamente, sino con los datos del comandante de la zona del estado de excepción y la participación de la fiscalía".

Si se exceptúan algunos miembros de las organizaciones prohibidas, la mayoría de los afiliados a aquéllas pueden presentar su candidatura, ya sea directamente o utilizando otras estructuras, dice. "Tenemos muchos partidos comunistas y no todos están prohibidos".

A Baturin no le parece procedente prohibir las actividades de la organización derechista liderada por Vladímir Zhirinovski, un candidato a los comicios cuyas explosivas afirmaciones podrían ser motivo de condena por racismo. "Si a las limitaciones relacionadas con el motín les añadimos otras, esto podría valorarse fácilmente como un ataque general a los derechos y libertades cívicos", señala.