"Nos oponemos a que nuestro país muera"

"Nos oponemos a que Argelia muera". Esta frase permaneció fija el lunes por la noche durante un minuto en la pequeña pantalla de los televisores argelinos, mientras en el fondo se vislumbraba la bandera nacional. Fue el último y más emotivo homenaje que los profesionales de la información rindieron al periodista Smail Yefsah, asesinado el mismo día por un comando integrista a la puerta de su domicilio. Era el séptimo periodista argelino asesinado en los últimos seis meses.Hoy Argelia amanecerá sin periódicos como consecuencia del acuerdo adoptado por los directores de los ocho rotativos de la capital, reunidos poco después de conocer el asesinato de Yefsah. Pero la prensa argelina, gran parte de ella surgida en la primavera democrática de 1990, no permanecerá en silencio, ya que a media mañana de hoy en la Casa de la Prensa, la Asociación de Periodistas Argelinos, ha convocado una asamblea general.

La Casa de la Prensa, rebautizada con el nombre de Tahar Yaut, el primer periodista asesinado el pasado mes de junio, se convierte así en un símbolo. El recinto, sede de un antiguo cuartel, fue cedido por el Gobierno argelino a la nueva prensa independiente para que instalara allí sus redacciones y oficinas.

La Casa de la Prensa ha vivido en numerosas ocasiones asediada como consecuencia de la agitada vida política argelina, pero sus puertas siempre permanecieron abiertas, incluso en junio de 1991, en plena revuelta integrista, cuando una nube de gases lacrimógenos envolvía la ciudad y grupos de manifestantes saqueaban los locales.

"Los poderes públicos, la opinión pública, los argelinos, no deben, no pueden callarse ante el genocidio al que han sido condenados los periodistas", aseguraba ayer la Asociación de Periodistas Argelinos (AJA) en una nota difundida por todas las agencias. "Los periodistas están a la merced de los grupos terroristas", decía.