La Magistratura ve el caso de unos bosnios obligados a trabajar 14 horas diarias
Tres de los cinco trabajadores bosnios que fueron contratados de forma irregular en Sarajevo por una empresa alemana para pavimentar la planta de Seat de Martorell, reclamaron ayer en el juicio oral celebrado en Barcelona los salarios que les adeudan. Marijo Soldan, Stjepan Mauzner y Savo Batinic son los únicos que continúan en Barcelona después de su despido en diciembre de 1992. Sus compañeros, que también presentaron la denuncia juzgada ayer, regresaron a su país de origen porque su situación de indigencia les impidió aguardar hasta el día de la vista.Los representantes legales de Rinol Española, SA, con sede en Fuenlabrada (Madrid), y de Rinol AG, la empresa madre situada en Renningen (Alemania), negaron ayer en el juicio toda relación laboral con los demandantes. Se escudaron en Rinol Austria -la única filial no denunciada- para referirse a los salarios, que los jóvenes aseguran que aún no han cobrado y que suman 3,5, millones de pesetas por jornadas de 14 horas, incluidos sábados y domingos, sin más descanso que 20 minutos para comer.
Los representantes de SeatVolkswagen, empresa que figura también en la denuncia judicial como subsidiaria, afirmaron que el pavimento de resina de la planta de Martorell le fue encargada a Rinol Española y no, como ésta afirmaba, a la fábrica alemana.
El juez salió al paso de la maraña de filiales centroeuropeas que se iban pasando la pelota entre sí para eludir responsabilidades, diciendo al representante legal de los bosnios que no se esforzara más porque a la vista estaba que alguien había contratado a los jóvenes extranjeros que tenía delante y que habían llegado aquí desde Sarajevo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.