Llegan de México las fotografÍas alucinadas de Juan Rulfo
Juan Rulfo hizo su última fotografía en 1955, el mismo año en que terminó su primera y única novela, Pedro Páramo. Durante 15 años, el escritor mexicano (Jalisco, 1919-1986) se dedicó a recorrer los pueblos más recónditos de su tierra y congeló más de un millar de imágenes. Quince de ellas se exponen en el Instituto de México.Campesinos, iglesias y viejos cementerios son los protagonistas de las fotografías expuestas. "No puedo escribir sobre lo que veo, sólo sobre lo que imagino". Esta frase del escritor -pronunciada en Madrid en 1984- puede explicar por qué durante muchos años Rulfo buscó con su cámara, y sin escribir una línea, las fuentes de la imaginación que luego invadiría su corta y mundialmente reconocida obra literaria.
"Son trabajos realizados en mis tiempos de viajante, cuando representaba a una marca de llantas de coche. Empleaba una cámara alemana de 6x6, que tiene un negativo mucho mejor, porque permite cortarlo, por ser mucho más grande", explicaba en 1982 el escritor mexicano antes de añadir: "ya no hago fotos porque me sale muy caro".
"Rulfo tenía tres grandes facetas: la de escritor, la de fotógrafo y la de músico", afirma Víctor Sandoval, encargado de los asuntos culturales de la Embajada de México en España, que han organizado esta muestra con los fondos del Instituto de Arte Gráfica de Oaxaca. "En sus fotografías se pueden ver a los personajes de su literatura. Esta es una muestra mínima, pero refleja esa faceta tan poco conocida de su vida. Rulfo fue un gran andariego, y de ahí salieron todos los temas que le obsesionaron".
En las fotografías de Rulfo que ahora pueden verse en Madrid aparecen campesinas vestidas de riguroso luto, con los pies descalzos sobre la tierra y cruces torcidas en iglesias abandonadas. Hasta la imagen de una hermosa joven resulta fantasmagórica. "Nosotros vivimos con la fuerte, no puede asustarnos. La convivencia con la muerte está el carácter mismo de los mexicanos", decía el escritor, que en obra gráfica combinó su pasión por el misterioso mundo de las ánimas con la antropología, a la que se dedicó como funcionario del Estado toda su vida.
Fotografías de Juan Rulfo en el Instituo de México (Castellana, 144). Hasta fin de mes. Fines de semana, cerrado.
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