_
_
_
_

Constitucional alemán configura en su fallo una Europa 'a la carta'

El fallo del Tribunal Constitucional de Alemania sobre el Tratado de Maastricht ha dotado a Bonn de una cláusula optativa, similar a la que obtuvo el Reino Unido en la ciudad holandesa, con respecto a la unión monetaria, y ha establecido una serie de nuevos criterios con respecto al proceso de construcción europea que, de hacerse efectivos, configurarán una Europa a la carta en la que Bonn seleccionará los platos, según coincidían ayer prácticamente la totalidad de los observadores políticos y diplomáticos y subrayaban los medios de comunicación. El viejo dilema de si después de la unificación se impondrá una Alemania europea o una Europa alemana, parece empezar a despejarse.Lo cierto es que la decisión de los jueces de Karlsruhe ha sido acogida con satisfacción por todos, tanto por quienes presentaron los recursos de anticonstitucionalidad como por el Gobierno, la oposición y la prensa.

El Tageszeitung, el periódico de la izquierda alternativa, resalta del fallo "la conservación de los derechos de soberanía" y asegura que el Constitucional autoriza a Alemania "a revocar el tratado en cualquier momento o a cerrar el grifo del dinero a la CE".

En el otro extremo, el conservador Frankfurter Allgemeine apunta en la misma dirección cuando reconoce que "en el extranjero llamará la atención que el tribunal apoye al Parlamento alemán en su decisión de votar de nuevo la entrada en vigor de la tercera fase de la unión monetaria, anulando el automatismo previsto en el Tratado de Maastricht no sólo para los británicos, sino también para Alemania (...). El año meta de 1999 será cada vez más una propuesta políticamente deseada, pero legalmente no vinculante".

Naciones diferentes

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El rotativo de Francfort considera asimismo que "la vieja fórmula de unos Estados Unidos de Europa, más idealista que políticamente tangible, ha sido sustituida por el reconocimiento realista de que una Comunidad Europea que pronto acogerá nuevos miembros será inevitablemente una Europa de naciones que se mantendrán diferentes". El Süddeutsche Zeitung cita a un diplomático francés sin identificar, que comenta: "Tras el superbanco de Francfort tendremos el supertribunal de Karlsruhe".

Entre la clase política, sin embargo, la sensación es, en primer lugar, de alivio, ya que se ha evitado el embarazo que hubiera supuesto un no de Karlsruhe, y, en segundo lugar, de satisfacción, porque las condiciones establecidas por los jueces hacen mucho más fácil la tarea de vender Maastricht a los alemanes en un año electoral.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_