El Papa une a los "mártires" de guerra españoles con la 'Veritatis splendor'
"La íntima conexión entre las dimensiones de verdad y libertad", dos valores que 1a cultura moderna trata de escindir e incluso de contraponer", y cuya unidad proclamada constituye la esencia de la Veritatis splendor, tiene su máxima expresión en el "martirio".Juan Pablo II recordó ayer esta idea central de la encíclica sobre la moral que publicó el pasado 5 de octubre, para destacar la ejemplaridad de los 11 clérigos españoles fusilados durante la guerra civil que ayer beatificó en la plaza de San Pedro.
Unas 30.000 personas asistieron al acto, según datos de la agencia estatal italiana Ansa. Aproximadamente la mitad de ellas serían españolas. Se estiman, en efecto, en unos 10.000 los españoles simpatizantes de la Institución Teresiana que asistieron ayer en Roma a la beatificación del fundador, el sacerdote Pedro Poveda, y de Victoria Díez y Bustos de Molina, un miembro de la orden fusilada en Hornachuelos a los 33 años, durante el primer mes de la guerra.
Otros 5.000 españoles -como los anteriores, mayoritariamente de edad madura y clase media- fueron atraídos hasta Roma por la beatificación de siete hermanos de las Escuelas Cristianas y de dos obispos, los de Guadix y Almería, que completaban la presente tanda de "muertos por el odio a la fe" en una España dividida.
La magnitud del grupo hizo que una personalidad importante para la enseñanza española, como fue Pedro Poveda, quedara diluida, sobre todo porque el Papa tampoco le prestó una atención destacada.
Representación oficial
Como se ha hecho habitual en estos actos de exaltación vaticana de los mártires de la guerra civil, el Gobierno español estuvo representado ayer por su embajador ante la Santa Sede, Pedro Aguirrebengoa. Sólo cuando se inauguró la serie, en 1987, con la beatificación de tres monjas, fue enviada a Roma una delegación extraordinaria presidida por un ministro.Las beatificaciones de ayer representan la cuarta tanda de una serie de causas promovidas en torno a unas 1.367 víctimas de la guerra, sobre el total de 6.700 religiosos y sacerdotes que se calculan fueron muertos en la contienda.
El acto de ayer eleva a 171 el número de beatos ya proclamados en ese contexto. Otras 120 causas están próximas a su resolución, tras el impulso que Juan Pablo II dio a unos expedientes bloqueados durante el pontificado de Pablo VI, que temió el potencial efecto divisor de estas proclamaciones entre los españoles y el apoyo que el régimen franquista hubiera pretendido a partir de ellas.
Durante la celebración de ayer fueron beatificadas también dos monjas italianas: Maria Francesca Rubatto, fundadora de las franciscanas, y la veneciana Maria Crocefisa Satellico.
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