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16 millones de españoles no limpian sus aguas residuales

San Sebastián, Valladolid, León y Logroño son algunos de los puntos negros que todavía no tienen depuradoras

Casi 16 millones de españoles no limpian sus aguas residuales. Lo más grave está en esas 300 localidades españolas de más de 10.000 habitantes que no tienen todavía depuradoras. O sea, que el agua sucia de todas esas poblaciones va directamente a los ríos y el mar.La Comunidad Europea obliga a que todas esas ciudades depuren lo que llevan sus cloacas antes de que acabe el año 2000. Algunas grandes ciudades y capitales de provincia, como León, Valladolid, San Sebastián, La Coruña, Huelva, Logroño y Gijón -todas con más de 100.000 habitantes- no se habían preocupado hasta ahora de limpiar sus inmundicias.

Instalar colectores y depuradoras para todos los españoles supondrá una inversión aproximada de un billón y medio de pesetas en los próximos doce años. El Gobierno central cubrirá alrededor del 22% de todo ese dinero. El resto correrá por cuenta de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos.

A Francisco Gil, director general de Calidad de las Aguas, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, le gustan las cosas claras: "Es una vergüenza que ciudades cómo San Sebastián, Valladolid o León, o zonas como la Costa del Sol no hayan resuelto este problema hasta ahora". La pasada primavera, Obras Públicas emprendió dos acciones de urgencia: 800 millones para que la porquería no flotara en las aguas de la playa de La Concha (San Sebastián) -aunque el problema aún no está resuelto definitivamente-; y 720 millones para la Mancomunidad de municipios de la Costa del Sol occidental (Marbella, Torremolinos, Fuengirola, Benalmádena, Estepona ... ) para acabar con las natas y flotantes de las aguas de una de las principales regiones turísticas de Europa.

Asturias

Otra operación de emergencia, que está a punto de inaugurarse, son las cuatro modernas depuradoras en Asturias, declaradas de interés comunitario, para limpiar las comarcas mineras, los ríos Caudal, Nora y Nalón, de forma que, en palabras de Gil, "puedan criar salmones en la misma boca de la depuradora, salmones ¿eh?".

La realización de este plan de saneamiento fue asumida por el MOPT, que aporta, además, los dos tercios del presupuesto total del plan, valorado en 18.656 millones de pesetas. A la Confederación Hidrográfica del Norte se le encomendó la gestión de su ejecución.

La Administración central, mediante el procedimiento de declararlo de interés nacional, acomete diversas obras de depuración. El criterio de limpiar zonas turísticas o ecológicamente muy sensibles es el que prevalece. Son los casos de Asturias, San Sebastián, la Costa del Sol y otros 20 que se irán desarrollando el próximo año para limpiar la Manga del Mar Menor (Murcia), la Albufera de Valencia, Canarias y el entorno de Doñana.

Dentro de esos planes se enmarca el destinado a la reutilización de aguas residuales de Madrid para regar parques, (que costaría en torno a 1. 500 millones de pesetas.

País Vasco

Cantabria -Torrelavega no tiene depuradora- y el País Vasco -sobre todo, Guipúzcoa- presentan balances muy negativos de depuración. En el caso de Euskadi, las depuradoras las sufraga la Administración central ya que las competencias en esta materia no están transferidas.

Otros pozos negros que destaca Francisco Gil son las de León (140.000 habitantes), Valladolid (350.000 habitantes) y la comarca del Baix Llobregat, donde poblaciones con más de 50.000 habitantes aún no han abierto depuradoras. "No olvidemos que dos millones, y medio de catalanes no limpian sus aguas", dice Gil.

Ángel Cristóbal, concejal de infraestructura y disciplina urbanística del Ayuntamiento de Valladolid, señala que hasta 1996 la ciudad no contará con un sistema integral de depuración. La inversión superará los 10.000 millones de pesetas; la mayor parte del dinero será aportado por la Junta de Castilla y León. Cristóbal señala que ha sido precisamente el dinero lo que ha retrasado la depuradora, "porque el Ayuntamiento de Valladolid no podía acometer en solitario una inversión tal".

José Toral, ingeniero de aguas del, Ayuntamiento de León, también señala que esta ciudad no limpiará todas sus aguas hasta finales de 1996. La depuradora de León y otros tres ayuntamientos costará 4.200 millones; la Junta pagará el 60%. Toral explica que León se estaba planteando desde hace 25 años tener una depuradora y añade: "No me sirven las críticas a León. ¿Por qué el 90% de las ciudades españolas no tienen depuradora? No ha habido voluntad de los políticos para construirlas".

Los balances más limpios los presentan Baleares, la Comunidad de Madrid y la provincia de Gerona. Las comunidades de Valencia y Cataluña también están avanzando rápidamente, gracias a planes integrales de saneamiento. Francisco Gil reconoce la labor del Ayuntamiento de Zaragoza, que inauguró recientemente una depuradora con capacidad para tratar el equivalente a un millón de habitantes.

Madrid

La asignatura pendiente de Madrid es la gran depuradora del sur, la de Arroyo Culebro, para las ciudades que, como Getafe, vierten sus desechos al Tajo y afectan a otras poblaciones como Toledo y Talavera de la Reina.

El director general de Calidad del Agua es partidario de que esa depuradora sea declarada de interés nacional, con lo que los costes correrían por cuenta de la Administración central.

En el inventario de aguas residuales urbanas que hizo en diciembre del año pasado el Ministerio de Obras Públicas figuraban sin depuradoras, aparte de las capitales de provincia mencionadas, ciudades tan importantes como Motril, Ceuta, Huesca, Puerto de la Cruz, Torrelavega, Talavera de la Reina, Zamora, La Coruña, Ferrol, Pontevedra, Irún, Rentería y Getxo.

En ese mismo listado llama la situación de varias localidades de Ciudad Real en las que las depuradoras no funcionan o funcionan mal -Campo de Criptana, Daimiel, Manzanares, La Solana...-; y otras que funcionan sólo de forma regular en lugares tan emblemáticos como Benidorm, Elche, Torrevieja y Cartagena.

Según los cálculos de los expertos, una depuradora-tipo para una ciudad de 50.000 habitantes cuesta en torno a 800 millones de pesetas y requiere unas inversiones para su correcto mantenimiento de unos 50 millones por año.

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