¿Drogadictos o maleducados?
Contestación a la carta publicada en esta sección con fecha 19 de agosto de 1993, titulada Los vecinos, muy calientes.
En primer lugar, creo que la plaza de las Islas Azores no se limpia tan generosamente como se dice en la citada carta. Primero, por la falta de material adecuado. Segundo, por la falta de estímulo. Y que quede bien claro que no trato de despreciar el trabajo de las empleadas municipales, que bastante hacen con lo que hacen.
Creo también que no se debe calificar como "drogadictas" a ciertas personas por el mero hecho de que ensucien la plaza con litronas, cáscaras de pipas, colillas o latas. Para mí, se trata de "falta de educación", pero no necesariamente de "drogadictos". No echemos la culpa de todo siempre a los toxicómanos. Eso es muy fácil.
Es cierto que el Ayuntamiento dista apenas unos metros de la plaza. Pues, siendo así, ¿por qué no van allí a exponer sus quejas? Y si lo han hecho y no han recibido contestación, acudan entonces los vecinos "en plena calentura" a ver si así les hacen más caso los munícipes.
Por algo hay que empezar para que desaparezca la figura del toxicómano consumiendo en cualquier lugar sin importarle que sea un parque, una cabina de teléfono, un coche abandonado, etcétera.
Que se extreme la vigilancia me parece bien, aunque ahora pienso (porque antes poco pensaba) que un problema de esta envergadura no se soluciona quitando los bancos o cortando el agua de las fuentes. Eso agravaría el problema.
Para solucionar la toxicomanía hay que atacar de raíz el problema: ofrecer tratamiento a quien lo demande, dar la posibilidad de reinserción, etcétera.-
Desde el piso de estancia para drogodependientes de la Comunidad de Madrid en el barrio del Pilar.
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