El sueño frustrado del alquimista
La obra de Joan Josep Tharrats (Gerona, 1918) es, quizá, la menos conocida de entre las obras del grupo de artistas asociados a la revista Dau al Set, hito en la historia de la vanguardia artística catalana y española. Con motivo de su 75º aniversario, y a modo de homenaje divulgador, la Generalitat de Cataluña ha organizado esta exposición antológica que permite, por primera vez, y por tanto muy acertadamente, conocer en profundidad la trayectoria de Tharrats y de paso explicar su fortuna crítica.Tharrats gozó en los años sesenta de cierto prestigio internacional coincidiendo con el auge del informalismo y movimientos asociados. Pero, poco a poco, el decreciente interés de su producción, sobre todo a partir de los años setenta, causó el olvido gradual de su trabajo. Y no sólo esto, sus últimas exposiciones, fundamentalmente dentro del ámbito geográfico catalán, han hecho pensar a más de uno qué habrían visto en Tharrats las generaciones anteriores.
Joan Josep Tharrats
Palau Robert. Paseo de Grácia, 107. Barcelona. Hasta el 24 de octubre.
Ésta es, pues, una exposición necesaria que resolverá más de una duda. Tharrats, que además de su carrera artística ha llevado a cabo una intensa y notable actividad como agitador cultural, tuvo unos comienzos muy prometedores. Durante los años de Dau al Set recibió las influencias de artistas como Klee, Dalí, Errist y Miró, como demuestra un bello grupo de dibujos y acuarelas fechados entre 1948 y 1953, de una estética que podemos llamar pos-surrealista.
Informalismo
Más tarde, a comienzos de los cincuenta, Tharrats abandonó la figuración, como el resto de sus compañeros de viaje, para abrazar el informalismo. Pero en su caso el interés por las posibilidades expresivas de las texturas se manifestó en la invención de una técnica que también podemos considerar pos-surrealista, la maculatura, relacionada con el frottage emestiano y las calcomanías de óscar Domínguez. Las maculaturas realizadas sobre papel mediante la manipulación de pruebas gráficas desechadas y diversas técnicas de estampación, sirvieron a Tharrats para idear un lenguaje de cariz expresionista que explotaba transparencias y opacidades.A partir de los años sesenta, Tharrats traslada sus intereses al lienzo y los formatos mayores, y el automatismo gestual, otra técnica surrealista, sustituye a la de la maculatura. Estas pinturas son obras que se han descrito como magmáticas y cósmicas por sus esplendores cromáticos y sus fluctuantes formas evocadoras, y que conceptualmente suponen la equiparación del artista con el alquimista. Pero nunca encontramos oro. Especialmente en sus homenajes a la pintura española del Barroco, el impulso creador de Tharrats parece desvanecerse entre manierismos.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.