Los ex comunistas polacos preparan una coalición

La ex comunista Alianza de la Izquierda democrática (SLD), que resultó ganadora de las elecciones legislativas del domingo, dio ayer los primeros pasos hacia lacreación de un Gobierno de coalición. Según se desprendía de las primeras declaraciones poselectorales, la SLD estaría dispuesta a aceptar un primer ministro de otro partido. Como bastante probableparecía ayer una coalición de los antiguos comunistas con los agrarios del Partido Campesino Polaco (PSL). El giro hacia la izquierda de los votantes ha hecho que la Unión Democrática, con sólo un 15% delos escaños, sea el único partido que queda dispuesto a defender en la Dieta (Cámara baja del Parlamento) la política de austeridad económica que realizaba el Gobierno saliente.

La resurrección de la izquierda ha puesto fin en Polonia a una era de gobiernos relacionados con el movimiento de Solidaridad y supone una advertencia a los demás países ex comunistas, también azotados por la crisis económica.Conforme a las previsiones no oficiales, basadas en el recuento parcial de los votos escrutados, la unión de los dos partidos más votados producirá un bloque con el 65% de los escaños. Tal representación seria, irónicamente, la misma que hace cuatro años tenían preasignada las "fuerzas del antiguo régimen" en las elecciones parcialmente libres que marcaron el inicio de la transición polaca.

Según las proyecciones, los ex comunistas que obtuvieron el 20,6% de los sufragios podrían contar con 173 de los 460 escaños (un 37,6%) del Parlamento. El 15,4% de votos obtenidos por el PSL se traducirá en unos 128 escaños (un 27,8%).

En la Dieta han entrado también la centrista Unión Democrática (UD), de Tadeusz Mazowiecki, que apenas superó el 10% de los votos; los socialistas de la Unión del Trabajo (UP), con un 7,2%; la populista Confederación de la Polonia Independiente (KPN), con un 5,7%, y el Bloque no Partidista de Apoyo a la Reformas (BBWR), creado bajo los auspicios del presidente Lech Walesa, con un 5,4%. El límite para conseguir escaños estaba en el 5% del apoyo popular.

Representación en la Dieta

De confirmarse estas proyecciones en la Dieta estarían representados sólo seis partidos de los 35 que participaron en los comicios. En el Parlamento disuelto el pasado 29 de mayo tenían escaño 29 agrupaciones. De la Cámara baja quedarían excluidos el sindicato Solidaridad y todos los partidos de la derecha procedente de la antigua oposición anticomunista.

Pese a la reducción drástica del número de los partidos en las cámaras la creación de una coalición gobernante no será, sin embargo,, fácil. Como partido clave emerge el agrario PSL sin cuyo apoyo no podrán crear Gobierno ni los izquierdistas ni la Unión Democrática y la Unión del Trabajo, ambos procedentes del sindicato Solidaridad. Entre los políticos en Varsovia se barajaban ayer, pues, dos principales variantes de la formación del Gobierno: la coalición de los excomunistas y los agrarios, por un lado, y una alianza entre los centristas (UD), socialistas (UP) y los agrarios (PSL).

El líder de la triunfante Alianza de la Izquierda Democrática, Aleksander Kwasniewski, afirmó ayer que su partido estaba dispuesto a asumir la responsabilidad del Gobierno. Insistió, sin embargo, que el SLD estaba interesado en crear una coalición estable y un Gobierno capaz de mantenerse durante los cuatro años de la legislatura y no en cuestiones personales. Con ello Kwasniewski parecía enviar una invitación al diálogo a los agrarios (PSL), cuyo líder podría ser aceptado por Lech Walesa como candidato al cargo de primer ministro.

Aunque Kwasniewski mencionó ayer a la Unión Democrática como un posible miembro de la coalición gobernante, su líder, Tadeusz Mazowiecki, descartó tajantemente la posibilidad de entrar en un Gobierno formado por antiguos comunistas. Mazowiecki agregó que UD no ha recibido del SLD ninguna oferta concreta.

Lech Walesa había declarado ya antes de las elecciones que designaría como primer ministro a uno de los tres candidatos que le proponga el partido más votado, incluso si las elecciones eran ganadas por los postcomunistas. El presidente polaco mantenía ayer su mutismo sobre el resultado electoral. Según su oficina de prensa no debía esperarse ninguna declaración de Walesa antes de la publicación oficial de los resultados de los comicios, que no se espera antes del próximo viernes por la tarde.

El portavoz de Walesa, Andrzej Drzycimski, afirmó ayer que "el presidente respetará el resultado de las elecciones", pero "no permitirá que se destruyan las reformas". "Estas reformas requieren modificaciones, pero no pueden ser destruidas", agregó Drzycimski, quien aludió a anteriores declaraciones de Walesa en las que advertía que utilizaría su derecho al veto para bloquear las leyes que atenten contra el nuevo orden económico establecido en el país.

Según la Constitución provisional, que rige en Polonia desde el pasado mes de diciembre, Walesa tendrá que designar al primer ministro en un plazo de dos semanas a partir de la primera sesión plenaria de la Dieta, que se espera para principios del mes de octubre o a partir de la aceptación de la dimisión del actual Gabinete.