_
_
_
_

Los dos líderes de Georgia y Abjazia decretan la movilización general de la población

Pilar Bonet

Encarnizados combates se desarrollaban ayer en la ciudad de Sujumi, la capital de Abjazia, de donde llegaban informaciones contradictorias sobre la pugna de los georgianos, que intentan retener bajo su control la ciudad, y los abjazos, que trataban de recuperarla. Ambas partes convocaron a sus respectivas poblaciones a una movilización general y el líder georgiano, Edvard Shevardnadze, anunció que permanecerá en Sujurni pase lo que pase. Los insurgentes georgianos partidarios del expresidente Zviad Gamsajurdia han interrumpido de momento la guerra civil para concentrar energías en el enemigo común abjazo.Los dirigentes rusos, que han fluctuado entre la necesidad de intervenir militarmente y el miedo a las consecuencias de tal acción, adoptaron ayer una postura más neutral que, en opinión de los observadores, puede estar motivada por el temor a desestabilizar el frágil equilibrio en los territorios caucásicos de Rusia.

La Confederación de los Pueblos del Norte del Cáucaso, una organización formada por representantes de los pueblos no rusos de esta zona, ha llamado a sus formaciones militares para que acudan a luchar del lado de los abjazos. No está claro que Rusia vaya a poder impedir esta movilización, aunque estas formaciones armadas son ilegales y Moscú se ha comprometido a impedir su acceso de voluntarios armados a la zona de conflicto.

El ministro de Defensa ruso, Pavel Grachev, manifestó ayer en Moscú que se opondrá a la utilización del Ejército en el conflicto. Grachev, cuyas conversaciones la víspera con el líder georgiano Shevardnadze concluyeron sin resultado, recordó la experiencia soviética en Afganistán. "Estuve en Afganistán, vi la sangre de los soldados rusos y no quiero que Rusia se involucre en una nueva guerra", señaló. Según el ministro, el conflicto exige la intervención de las Naciones Unidas y no sólo de Rusia.

Rusia cortó ayer el suministro de energía eléctrica a Abjazia en cumplimiento de las sanciones anunciadas el día anterior cuando Moscú responsabilizó a esa república del recrudecimiento del conflicto. Ayer, sin embargo, Grachev repartió la culpa entre ambas partes y señaló que ni los unos ni los otros habían cumplido las condiciones impuestas por el alto el fuego concertado el 27 de julio pasado.

El ministro lamentó que el presidente georgiano no hubiera querido reunirse con el dirigente abjazo, Vladislav Ardzinba, y consideré "lamentable" que las "ambiciones de los dirigentes políticos no den opción a utilizar la posibilidad de regular el conflicto".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_