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El grupo integrista Hamás niega el acuerdo con Arafat, anunciado por la OLP en Túnez

"Arafat, Arafat, la Y¡had Islámica ya cava u tumba". El grito resonó varias veces en a más reciente manifestación contra elacuerdo de paz entre la Organización para a Liberación de Palestina (OLP) e Israel. Miles de palestinos de Gaza resumieron así su resentimiento ante lo que consideranuna traición. Horas después otro grupo radical palestino, Hamás, desmentía haber pactado una tregua con la OLP, anunciada desde Túnez por la central palestina.

Las explícitas amenazas al líder de la OLP habrían seguramente caído en el monótono campo de la retórica de los integristas enemigos del proceso de paz. Pero éstas adquirieron singular significado: horas antes de la manifestación del jueves por la noche, realizada en las inmediaciones del campo de refugiados de Yabalia, Al-Fatah, la principal facción de la OLP de Yasir Arafat, anunció desde Túnez la firma de una tregua con el grupo radical integrista Hamás.El propósito de ese anuncio en la sede de la OLP resultaba obvio: Arafat, evidentemente, quiere ahuyentar los rumores acerca de un inminente enfrentamiento armado entre las principales y más aguerridas fuerzas palestinas en los territorios ocupados.

El representante de Hamás en Jordania, Mohamed Nazzal, desmintió categóricamente la existencia de tal acuerdo. "Es una maquinación de Arafat", dijo. La organización integrista ha pedido, sin embargo, a sus seguidores en los territorios ocupados que eviten los enfrentamientos entre palestinos.

El comunicado distribuido por la OLP, en Túnez, asegura que las fuerzas de Arafat y los militantes islámicos de Hamás habían logrado pactar "un código de honor" que, tajantemente, proscribe "luchas intestinas y la violencia" y que, al mismo tiempo, sienta las bases para un diálogo a fin de dirimir las diferencias ideológicas que se han acentuado tras la firma del acuerdo de Washington, el pasado lunes. La situación en el terreno era diferente.

Si bien el anuncio tranquilizó a algunos palestinos, la mayoría vieron lo efímero de ese ejercicio en las maniobras paralelas emprendidas por Hamás y sus aliados de la Yihad Islámica. Otro dirigente de Hamás, Ibrahim Goshe, confirmó que la organización había enviado una delegación a Siria con la misión de coordinar una ofensiva árabe contra el acuerdo de Washington.

"Estamos promoviendo un acercamiento con varios Estados árabes que no están totalmente de acuerdo ni convencidos por el acuerdo (de Washington), y que, sencillamente, están bajo presión de Estados Unidos", dijo Goshe. "Es en ellos donde hallamos un margen de movimiento que nos permite ganar credibilidad".

Sudán e Irán

Según el portavoz de Hamás, una delegación similar ha sido enviada a Sudán, cuyo régimen islámico apoyado por Irán ha reaccionado con dureza contra Arafat. Los delegados de Hamás ya han estado en Teherán y en la capital yemení de Sanaa y, tras su misión en Damasco, se entrevistarán con autoridades de Libia e Irak.

Con el aliento de Teherán, Hamás parece ansioso de colocarse a la vanguardia de la coalición de diez facciones palestinas abiertamente opuestas a Arafat. Esa postura coloca a la organización integrista en la primera línea de obstáculos que la OLP deberá vencer para tratar de asumir el control de Gaza v Cisjordania en los próximos meses. A pesar de que ambos manifiestan que "ningún palestino derramará la sangre de sus hermanos", el postulado resulta muy relativo. Al menos 400 palestinos han muerto en las luchas internas en los territorios ocupados, la mayoría de ellos en manos de vigilantes y justicieros encargados de castigar a colaboracionistas.

Goshe dijo que una de las misiones de la delegación de Hamás que se encuentra en Damasco es alentar al Gobierno Hafez el-Asad a que se mantenga como un mero espectador ante el proceso de paz. "Si los sirios firman un acuerdo de paz con Israel, se reducirá el campo de maniobra de la oposición palestina a Arafat", admitió el portavoz de Hamás. Nayef Hawatmeh, líder del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FI)LP), cuya sede está en Damasco, declaró confiadamente, ayer, que Siria seguirá fomentando la oposición contra su viejo enemigo Arafat. Esa declaración se produjo tras la tercera reunión, en dos días, entre Hawatmeh con el vicepresidente sirio Abdel Jalim Jadam.

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