Pensamiento
La unión entre las porcelanosas y la vanguardia de urbanismo catalán ha venido a ser para el pensamiento español algo así como el matrimonio entre las ecuaciones del movimiento de Newton y las ecuaciones de Maxwell que describen las radiaciones: un paso de incalculables consecuencias para nuestro futuro.De todos modos, esta eclosión de pensamiento venía anunciándose desde el verano. Creo que el punto de partida fue una carta del maestro Aranguren dirigida al director de este periódico en la que, entre otras originalidades, proponía que el Estado contratara conferencias a García Calvo por el valor de la deuda que éste había contraído con Hacienda. A partir de ahí se produce el estallido de una bomba reflexiva que, si bien cristaliza en el aludido congreso de las porcelanosas, ya había alcanzado cotas considerables en un artículo en el que el propio García Calvo se quejaba de que hubiéramos dicho que cobró mucho por el himno de Madrid, cuando sólo se había llevado una peseta. Quizá olvidaba el filósofo que cuando el Estado, o tu jefe, te paga así, de manera simbólica, está gritando al mundo que lo que has hecho por él no tiene precio. De manera que la deuda que el Estado ha contraído con usted es mucho mayor que la que usted tiene con él. Recuperará la inversión, tenga paciencia.
Pero, puestos a engarzar joyas en ese hilo de seda imaginario que adorna el cuello de nuestro pensamiento especulativo, no podemos dejar de citar, de un lado, los argumentos de Verstrynge, el topo, para ingresar en el PSOE, y, de otro, el grado de precisión razonadora a que están llegando las dos facciones enfrentadas en el seno de ese partido. Una cultura política como la que hemos vivido durante los últimos años tenía que dar finalmente sus frutos. La verdad es que esto parece el 98. Viva el pensamiento.
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