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Vivir con nombre ajeno

Los fiscales apoyan, cada vez más, el cambio de identidad de los transexuales en el Registro Civil

Desde siempre se han sentido y han vivido como personas del sexo opuesto al que fisicamente les otorgó la naturaleza. En muchos casos se han sometido a intervenciones quirúrgicas para cambiar su anatomía. Por eso a menudo el nombre y el sexo con que aparecen en el Registro Civil no tienen nada que ver con la realidad. Sirva de ejemplo el de la actriz Bibí Andersen, quien dejará definitivamente de ser Manolo con su cambio de nombre en el Registro. Y aunque cada vez son más los fiscales que apoyan las peticiones de los transexuales para cambiar de nombre en los documentos oficiales, algunos aún se oponen.Tiene 26 años, desde sus primeros años se ha sentido mujer y en 1991 se operó para cambiar de sexo masculino a femenino. La mayoría de la gente le llama Merche y sabe que es mujer, pero el Registro Civil dice que es varón y que se llama Melchor. "Ese nombre no significa nada para mí porque no soy esa persona, es un nombre que me pusieron mis padres por equivocación, y cuando alguien pronuncia mi nombre antiguo siento como si llamaran a un hermano que hubiera muerto", dice. Después de casi cinco años de trámites y demandas espera que en septiembre su caso se resuelva favorablemente.

Pero para los transexuales el cambio de registro no es sólo cuestión de identidad, estar inscritos con otro nombre y con otro sexo les representa un grave obstáculo para la vida cotidiana. Cuenta Merche: "Hace falta para tener los derechos y la protección que tiene cualquier español y cualquier española. Hace falta para que, llegado el caso, se pueda legalizar una relación de pareja. Una compañera vivía con un camionero. Él murió en un accidente y a ella no le pagan pensión. A otra compañera que trabajaba como prostituta la detuvieron por tráfico de drogas, y porque su DNI dice que es hombre, la metieron en una cárcel de hombres. Lo pasó muy mal".

"Encontrar trabajo con un DNI en el que aparece una persona que no eres realmente tú es casi imposible", comenta Yeni, de 31 años, y que trabaja en un bar. Para Yeni y Merche esta es una de las causas que obligan a los transexuales a prostituirse.

Recientemente, fiscales de Valencia, Barcelona y Madrid han decidido apoyar las solicitudes de cambio de sexo y de nombre de transexuales en el Registro Civil porque entienden que impedirlo atentaría contra la libertad de la persona y el desarrollo de la personalidad. Mariano Fernández, fiscal jefe de Madrid, ha manifestado que se resolverán favorablemente las peticiones siempre y cuando estén bien fundamentadas, esto es, que después de realizar estudios psicosexológicos y médicos se compruebe que la persona es del sexo contrario al que aparece registrado.

Asesora de algunos transexuales que buscan el cambio de registro, la jurista María José Varela afirma: "El caso de mujer a hombre es más complicado, porque una operación de cambio de sexo de este tipo es más dificil. Y fundamentar el cambio de sexo en base a una apariencia física resulta en estas situaciones complicado. Conozco el caso de una chica que desde pequeña se ha comportado como varón, y su aspecto físico, vestida, es masculino, pero tiene miedo a operarse, así que le será muy difícil conseguir el cambio en el registro".

El doctor Ramón González Fontana, que desde hace años realiza operaciones de cambio de sexo, indica que se presenta uno de estos casos por cada 400.000 nacimientos. "Antes, realizar un cambio de sexo estaba prohibido, la castración se castigaba con seis años de cárcel. Ahora, si la ley permite el cambio físico, es lógico que permita el cambio legal". Merche se operó hace tres años y dice que vive feliz. "Cuando a los siete años descubres que eres diferente de los chicos y que también lo eres de las chicas sufres mucho. Desde entonces de enfrentas también al rechazo social, que es muy fuerte porque la gente no distingue entre un homosexual, un trasvesti y un transexual, y tiene una falsa imagen de nosotras. Lo que queremos es que la gente vea que realmente somos mujeres", concluye.

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