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Entrevista:

"No quiero causar otro trauma a Venezuela"

Carlos Andrés Pérez, de 71 años, libra la que puede convertirse en su última batalla para recuperar la presidencia de Venezuela tras haber sido destituido la semana pasada por el Congreso, bajo la acusación de malversar fondos reservados. Gane o pierda esta batalla, el ex presidente asegura que no quiere "producir un nuevo trauma en la vida política venezolana"

Carlos Andrés Pérez ya no podrá concluir su segundo mandato ni salir a hombros como en el primero (1974-1979), ni siquiera volverá al poder si la Corte Suprema de Justicia le declara inocente, como él mismo indica.

Pregunta. ¿Aún tiene esperanzas de volver a la presidencia?

Respuesta. Creo que es difícil que a cinco meses de terminar mi periodo, presidencial con un juicio que aún no ha salido de su etapa sumarial pueda haber alguna posibilidad de regreso. Estando el Gobierno provisional en manos de un hombre de la trayectoria de Ramón Velásquez, yo no quiero producir un nuevo trauma en la vida política nacional asumiendo la presidencia a tan corto tiempo del final del periodo.

P. ¿Y si la Corte Suprema de Justicia falla a su favor, declarando inconstitucional su destitución por el Congreso?

R. Aunque el fallo me favorezca -porque estoy seguro de que la sentencia será absolutoria-, antes de finalizar el periodo yo tendría que pensar mucho para reasumir el poder.

P. ¿Por qué sigue usted luchando por algo que parece una causa perdida?

R. Yo no creo que sea una causa perdida. A mí se me ha elegido por cinco años para ejercer la presidencia de la República y yo debo hacer respetar ese periodo constitucional.

P. ¿Usted no cree que hubiese sido mejor salir por la puerta grande, con dignidad, en su momento, que ahora obligado por el Congreso?

R. Esa dignidad no la he perdido, y estoy seguro de que ninguna acción de mi vida podrá manchar mi historia. La historia no se escribe antes, sino después.

P. ¿Es una obsesión suya la de concluir el mandato?

R. No se trata de una obsesión. Para mí son 50 años de lucha por la democracia, y en este momento se estaría rompiendo el orden constitucional. Si yo acepto mi destitución por el Congreso de la República, estaría aceptando la violación del orden constitucional.

P. ¿No hubiese sido mejor para los intereses de la nación haber renunciado el año pasado, después de la intentona golpista del 4 de febrero?

R. Todo lo contrario. Yo evité que al Congreso le echaran del Capitolio.

P. El proceso del juicio es muy lento y no habría forma de que concluyera el mandato antes de febrero, ¿por qué insiste?

R. El tiempo no está determinado. El fallo del juicio puede venir en 15 días, uno, dos o tres meses. Creo que la Corte, en vista de la situación anómala que hay en Venezuela -de un presidente constitucional titular y uno encargado de la presidencia en ejercicio-, debe precipitar la solución.

P. Una vez fuera de La Casona, ¿puede decir en qué se gastaron los 250 millones de bolívares (350 millones de pesetas) de los fondos reservados del Gobierno?

R. Si usted mira esto con objetividad, se dará cuenta de que es una gran treta. No son 250 millones de bolívares. En la partida secreta se gasta varias veces esa cantidad. Es un hecho completamente normal y legal. La partida secreta es secreta. Es más, la ley establece penas para quien revele en qué se gastan los recursos. secretos. Esos son gastos que, por su misma naturaleza, hacen que su revelación pueda causar problemas, incluso de orden internacional.

P. Ha dicho que se gastaron en seguridad y defensa...

R. Ésa es la respuesta. En seguridad interna y externa de Venezuela.

P. ¿No es muy vago lo de

seguridad y defensa?

R. Pregúntele a cualquier presidente de Venezuela en qué gastó su Gobierno. El presidente no gasta. No maneja fondos públicos. La solución sería eliminar la partida secreta del presupuesto. Pero yo la administré través de los ministros del Interior, de Defensa, de Exteriores y de Justicia.

P. En su investigación sobre el caso de los 250 millones, la Corte ha descubierto la existencia de la empresa privada Franac, que se dedicaba al espionaje telefónico con equipos costosos, comprados con fondos secretos de su Gobierno. ¿Qué explicación le da a esto?

R. Eso es falso.

P. ¿Y el decomiso de 64 cajas de cintas grabadas, transcripciones de conversaciones, vídeos y equipos para pinchar los teléfonos y fax?

R. De eso no sé absolutamente nada, ni tengo noticias de que se haya vinculado esto a ninguna actividad del Estado.

P. ¿No considera que su propia política económica ha conspirado contra su Gobierno por la inflación, la devaluación de la moneda y la miseria que ha sembrado en Venezuela?

R. No. Todo lo contrario. Mi política económica no ha podido ser cambiada ni será cambiada, porque es la dirección correcta para rescatar a Venezuela del desastre en que yo la encontré. P. ¿A qué sectores ha beneficiado y a cuáles ha perjudicado su política económica?

R. Esa política económica beneficia a todo el país, porque está dándole bases ciertas a la economía nacional. Desde luego, los traumas que tenía que sufrir el país eran tremendos, porque vivíamos dentro de una economía fundamentada en el subsidio y el proteccionismo.

P. ¿Tiene usted localizados a los sectores que han conspirado contra su Gobierno?

R. Son diversos sectores: aquellos que quieren cobrarle a la democracia el no haber estado en el poder, como es el caso de Arturo Uslar Pietri; otros que creen que, si revierte la situación nacional -los que no han logrado culminar sus ambiciones-, pueden aparecer en el panorama político, y los que están impregnados del sectarismo rencoroso que han infectado la política nacional cíclicamente, y, finalmente, los viudos del marxismo-leninismo. Ésos son los enemigos de la democracia venezolana.

P. El 20 de mayo, cuando fue suspendido de la presidencia, usted dijo: "Yo o el caos", ahora ¿qué diría?

R. No. Todo lo contrario. Yo nunca he jugado al desastre de Venezuela. Para mí, la angustia y la preocupación han sido que después de mí no venga el caos. Las circunstancias están demostrando el daño que mi salida le ha hecho al Gobierno.

P. ¿Qué siente usted al ver que simultáneamente hay dos ex presidentes socialdemócratas adecos enjuiciados en la Corte por la causa de presunta malversación de la partida secreta?

R. Ésta es una coincidencia lamentable, producto de la misma crisis que está viviendo el país. Hay intereses directamente vinculados a la destrucción de Acción Democrática.

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