Ya está a la venta en España el condón femenino

Poco a poco y sin hacer ruido publicitario, está llegando a las farmacias españolas con los últimos calores del verano. Es el preservativo femenino, el condón femenino, el femy. Su reparto por las estanterías comerciales comenzó hace tres días. Cuesta 970 pesetas la caja de tres y es una nueva opción anticonceptiva y de lucha contra las enfermedades de transmisión sexual, como el sida.Son parecidos a los condones para hombre, aunque con dos aros. Y en vez del látex de los masculinos, están fabricados con poliuretano. Muchas farmacias ya los ofrecen; y otras recibieron ayer mismo el folleto de los laboratorios que se encargan de su comercialización en España, Leti S. A. Una farmacéutica de la calle Luna, en Madrid, cuenta: "Yo los veo muy bien. Al estar hechos de poliuretano, ofrecen más sensibilidad que los condones masculinos de látex. Y son absolutamente impermeables".

La eficacia que ofrecen es similar a la de los masculinos. Sus defensores, entre los que se encuentra el movimiento feminista, destacan dos ventajas: No interrumpe el juego amoroso, ya que para su colocación no hay que esperar a que el órgano masculino esté erecto; y además permite a las mujeres disponer de un medio que les permita defenderse, cuando ellas quieran y sin depender de si el hombre quiere o no ponerse la goma, del sida. De ahí que en todos los Congresos Mundiales sobre el Sida se le haya considerado muy positivo.

Los detractores, como Miguel Ángel Callizo, director comercial de una de las principales empresas españolas fabricantes de condones masculinos, señala que es "una bolsa de basura", "incómodo, antiestético y machista, porque supone una nueva arma en manos del hombre para liberarse él de tomar cualquier precaución". Otro inconveniente es su precio: más de 300 pesetas cada uno, frente a las cien que viene a costar uno de hombre.

El condón masculino, del que se venden en España más de 130 millones de unidades al año, es el segundo método anticonceptivo utilizado a nivel nacional, tras la píldora. El condón de mujer tiene una longitud similar al del hombre, aunque es más ancho para que se acople bien a la vagina y no entorpezca los movimientos del pene. Su comercialización mundial se ha retrasado varios años -en 1990 ya se hablaba de él-, porque la administración farmacéutica de EE UU no le dio el visto bueno hasta hace pocas semanas. Ya se vende en Francia, Holanda, Reino Unido, donde se fabrica, y Suiza.