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El Gobierno desautoriza a Guerra

Rubalcaba insta al PP a que sustituya el insulto y la descalificación por la explicación de su proyecto

Alfonso Guerra, número dos del PSOE, fue desautorizado ayer claramente por dirigentes de su propio partido y hasta por el Gobierno. El ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró tras el Consejo de Ministros que "el Gobierno en modo alguno se siente sometido a un chantaje por ninguno de los grupos políticos con los que negocia". La sensación de padecer un chantaje, insistió, "no corresponde al estado de ánimo del Gobierno". Junto a Pérez Rubalcaba, otros dirigentes regionales socialistas salieron al paso de Guerra, quien el día anterior en Osuna (Sevilla), afirmó que los nacionalistas "chantajean" al Ejecutivo, con lo que contradecía incluso al jefe del Gobierno, Felipe González, quien aseguró lo cantrario el pasado fin de semana.

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Pérez Rubalcaba se esforzó por precisar que sus palabras no se referían a Guerra, sino que tenían carácter general. Guerra, sin embargo, sí se dio por aludido y, tras sus tajantes declaraciones del jueves en Osuna, anoche optó por suavizar la expresión de sus ideas en una reunión con militantes, celebrada a puerta cerrada en Alcalá de Guadaira (Sevilla). En esta ocasión, Guerra evitó calificar como "chantaje" las peticiones planteadas por CIU y PNV al Ejecutivo para garantizar la gobernabilidad, informa Lourdes Lucio.

El número dos del PSOE afirmó que "hay que atender" tanto a Izquierda Unida como a los nacionalistas, pese a haber "compañeros que piensen que nos puedan chantajear" y recordó que el debate sobre la cesión del 15% del IRPF a las comunidades autónomas partió de los socialistas catalanes: "A ver qué pasa con el 15%. No sólo para Andalucía. [La cesión] es una exigencia de Cataluña y no sólo de Convergència, sino también de los socialistas catalanes. A ver qué pasa".

El dirigente del PSOE dijo que "no había que excluir" a IU de los pactos, porque si no los socialistas estarían "bajo el contagio de los nacionalistas". Sus palabras del día anterior, en Osuna, fueron: "Algunos dicen que los nacionalistas nos chantajean y dicen bien". Y razonó: "Tuvimos el peor resultado posible y en el peor de los escenarios posibles, ya que faltaban 10 diputados para la mayoría absoluta". En este contexto, añadió que los nacionalistas "chantajean" al Gobierno. "Yo siempre hablo claro", comentó ante el murmullo que provocó su frase. En otro orden de cosas, el vicesecretario general del PSOE sostuvo que "desde fuera hay intereses para que el partido se vaya a la derecha", por lo que tenían la "obligación de no permitirlo" y de defender las siglas del PSOE: "No quiero que se caiga ni la E de español, aunque hay algunos que quieren que se caiga para hacer una federación, la O de Obrero, la S de socialista ni la P de partido".

Ayer fueron numerosas las declaraciones de dirigentes socialistas que salieron al paso de las palabras de Guerra en Osuna. El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, afirmó en Cádiz que no cree que CiU y el PNV intenten chantajear al Gobierno: "Tienen que saber que ni el Gobierno ni el presidente ni el partido están dispuestos a aguantar un chantaje", informa Antonio Yélamo. El secretario del PSOE en La Rioja, Ángel Martínez Sanjuán, también contradijo a Guerra: "Los partidos que se coaligan son exigentes, pero no puede llamarse cultura del chantaje sino del pacto". La oposición también tomó parte en la polémica. Javier Arenas, del PP, manifestó que Guerra no había atacado a Pujol, sino a González.

Respecto a la marcha de las negociaciones con los nacionalistas, Pérez Rubalcaba aseguró que el Gobierno hace "una valoración positiva" del último contacto entre el PSOE y CiU. "Ambos grupos están de acuerdo en que el Ejecutivo tenga estabilidad" en el Parlamento. "Hay además voluntad política de llegar a los acuerdos necesarios" en presupuestos "sin que esta discusión esté condicionada por ningún otro tema" de los que, reconoció, podrían tener tratamiento en otro momento.

Empeñado en desdramatizar la polémica, Pérez Rubalcaba consideró que el debate sobre la cesión del 15% del IRPF "se ha apaciguado" después de que algunos responsables se manifestaran con "ligerezas". "Ahora el debate tiene unas características distintas" porque los interlocutores del Gobierno "poseen toda la documentación necesaria".

De las críticas de los dirigentes del PP a esta cesión dijo Rubalcada: "A los intereses de España les convendría que el primer partido de la oposición explique sus proyectos, no que insulte, descalifique y utilice sistemáticamente epítetos". El PP debe además explicar "si ha cambiado de opinión", añadió aludiendo a su presidente, José María Aznar, que en el Congreso de febrero pasado estimó que el porcentaje de cesión podía ser incluso superior al 15%.

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