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González advierte que romperá las negociaciones con los nacionalistas si se siente presionado

ENVIADO ESPECIALEl presidente del Gobierno, Felipe González, aprovechó ayer su visita a Portugal, donde asiste a una cumbre del Partido de los Socialistas Europeos, para lanzar una dura advertencia a los nacionalistas: romperá la negociación sobre la cesión del 15% del IRPF a las autonomías si se siente presionado en una dirección que no se corresponde con los intereses de España. Y fue aún más lejos al señalar que no se someterá a las exigencias de Jordi Pujol, aunque inmediatamente añadió que no se siente chantajeado. González llevaba tres semanas sin hablar con la prensa -desde que el Rey lo recibió en Mallorca- y tuvo que salir al extranjero para volver a hacerlo.

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El presidente del Gobierno estaba relajado y sonriente. El marco se prestaba a ello. Deambulaba por las terrazas del convento franciscano de Arrabida, del siglo XII, situado en medio de un parque natural que domina el océano Atlántico, a unos 40 kilómetros al sur de Lisboa. Ése era el lugar que habían elegido los dirigentes del Partido de los Socialistas Europeos para debatir, durante el fin de semana, sobre la crisis por la que atraviesa la construcción comunitaria.Bajo la presidencia del ministro belga de Asuntos Exteriores, Willy de Claes, allí se habían dado cita el ex primer ministro sueco Ingvar Carlsson; el canciller austriaco, Franz Vranitzky; el líder socialdemócrata alemán, Rudolf Scharping; el secretario general del PDS italiano (ex comunista), Achille Ochetto; el ex jefe de Gobierno galo Michel Rocard, entre otros.

Faltaba el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, al que su ciática le impidió desplazarse. También estaban ausentes los laboristas británicos, empezando por John Smith, lo que suscitó un gran descontento entre los asistentes a la reunión de Portugal.

"No me siento chantajeado por nada", contestó Felipe González a una pregunta sobre el tono reivindicativo de las declaraciones del presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, cuyos votos convergentes necesita en el Congreso de los Diputados para sacar adelante los Presupuestos para 1994.

Los intereses generales

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"Y les diré una cosa", añadió el jefe del Ejecutivo levantando la voz: "No voy a sentirme bajo presión en ningún momento". "Cualquier negociación que se establezca con otros grupos para completar mayoría tendrá que hacerse en función de los intereses generales del país". "Si yo no estoy convencido de eso, la negociación no tendrá lugar o no avanzará".

Felipe González se cuidó, sin embargo, de criticar a Jordi Pujol. No tuvo los mismos reparos a la hora de hablar del Partido Popular y de su presidente, José María Aznar. Opinó primero que sobre la cesión del IRPF hay entre los conservadores "varias posturas y no una sola, lo cual no es extraño porque en otros partidos también sucede". Pensaba, probablemente, en el suyo.

Recordó, no obstante, que en origen sí hubo unanimidad entre los populares sobre esta cuestión. "No hay más que volver a las hemerotecas para comprobarlo", añadió, aludiendo acaso a las resoluciones del congreso del PP en febrero. "El Partido Popular se pronunció diciendo a los grupos interesados en ello, especialmente a los nacionalistas catalanes, que ellos estaban absolutamente de acuerdo con la fórmula de cesión del l5%", aseguró el presidente del Gobierno.

Desestimó también González otro de los argumentos esgrimidos por Aznar sobre la inoportunidad del momento elegido, a causa de la recesión económica, para llevar a cabo la cesión. "Ya he oído decir que no es el momento oportuno por algunos grupos políticos que sí lo habían planteado anteriormente". "En política hay que resolver los problemas cuando se presentan". "Nosotros lo hemos planteado en nuestro programa electoral, e incluso antes de que empezaran las elecciones, yo lo planteé como una decisión", pero después se disolvieron las cámaras.

Fórmula neutral del IRPF

Por lo demás, el jefe del Gobierno fue todo lo apaciguador que pudo sobre las consecuencias financieras para las comunidades autónomas de la cesión parcial del impuesto. "La fórmula que hemos ofrecido", dijo, "garantiza en estos momentos la neutralidad del efecto Enanciero". "Ninguna comunidad va a recibir menos de lo que recibía antes dentro del acuerdo plurianual de financiación que tenemos", explicó, para luego recalcar, en tono tranquilizador: "Por tanto, no hay motivo para la preocupación. La fórmula es neutral y, por consiguiente, se mantiene la solidaridad que se había fijado en el acuerdo financiero", agregó.

Gobernar en minoría, acabó reconociendo Felipe González ante la prensa, antes de regresar a la habitación de su hotel, "es un poco más complejo que gobernar con mayoría, pero está bien".

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