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Izetbegovic y Karadzic acuerdan un alto el fuego en Ginebra

Alia Izetbegovic, presidente musulmán de Bosnia, y Radovan Karadzic, líder de los serbios de Bosnia, llegaron ayer a un acuerdo de cinco puntos que prevé un inminente alto el fuego y un rápido intercambio de prisioneros de guerra, después de mantener un encuentro cara a cara en el seno de las negociaciones de paz que se desarrollan en Ginebra, según anunció Miro Lazovic, presidente del Parlamento musulmán. Izetbegovic prefirió no comentar el acuerdo e insistió en que la definitiva división territorial de la república sigue pendiente de posteriores negociaciones.

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El presidente Izetbegovic declaró después de su entrevista con Karadzic: "No hemos logrado ningún progreso real". Sin embargo, el dirigente serbio de Bosnia predijo que el acuerdo definitivo será aceptado hoy por las tres partes: "La conferencia sigue mañana [hoy] y espero que la parte musulmana firme el paquete completo", declaró Karadzic. El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, quien también se encuentra en Ginebra, insistió en las declaraciones optimistas de Karadzic: "Esperamos que los musulmanes acepten el plan de paz. Mañana [hoy] todo estará mucho más claro", declaró Milosevic.Izetbegovic prefirió no referirse al acuerdo que había difundido el presidente del Parlamento musulmán poco antes, porque aún espera conseguir ciertas concesiones territoriales antes de rubricar el acuerdo. Miro Lazovic detalló ante la prensa los cinco puntos del acuerdo logrado ayer y que, además de un inminente alto el fuego y un intercambio de prisioneros, incluye otras medidas de confianza como el establecimiento de una denominada línea roja entre Sarajevo, capital de Bosnia, y Pale, sede del autoproclamado Parlamento serbio de Bosnia, a sólo 15 kilómetros de la capital musulmana. Además, ambas partes crearán una comisión conjunta que se ocupará de problemas como el restablecimiento del tendido eléctrico y del suministro de gas en Sarajevo.

Los croatas apoyan el plan

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El portavoz de la delegación de los croatas de serbia, Miles Raguz, declaró, por su parte que los croatas están dispuestos a firmar el plan siempre que los musulmanes renuncien a sus exigencias territoriales en Bosnia central y acepten los mapas actuales. "Estamos dispuestos a firmar el acuerdo como está redactado en este momento", dijo Raguz.

A lo largo de todo el día de ayer, Izetbegovic se mostró de nuevo infatigable en su "búsqueda de agua en el desierto" al sentarse en la mesa de negociaciones de Ginebra y sorprender a sus homólogos croata y serbio, Mate Boban y Radovan Karadzic, con nuevas exigencias territoriales que se elevan al 36%, y la seguridad por parte de la comunidad internacional de que la nueva Unión de Repúblicas de Bosnia-Herzegovina respetará la integridad territorial, así como garantías militares internacionales para el futuro.

Ante la negativa de Izetbegovic de aceptar la división territorial de Bosnia en su forma actual, los mediadores internacionales podrían verse obligados a presionar al líder de los serbios de Bosnia para que haga concesiones territoriales que satisfagan al menos parte de sus exigencias. Éste manifestó el pasado lunes, al llegar a Ginebra, que no aceptaría ningún cambio. "Los serbios han ganado la guerra, también ganarán la paz", dijo.

Ayer mismo el representante comunitario David Owen a su llegada al Palacio de Naciones, sede de las negociaciones, advirtió a los musulmanes del peligro de que los serbios dividan Bosnia en dos si continúan rechazando el compromiso.

Sólo la urgencia del presidente de Serbia, Slodoban Milosevic por encontrar una solución antes de que estas negociaciones se puedan prolongar indefinidamente ante la tozudez que está demostrando lzetbegovic empeñado en ganar cada segundo, cuando se echa encima el invierno y las consecuencias del embargo internacional pueden hacerse insoportables, podría dar un giro a la actual fase de negociaciones.

Durante varias reuniones bilaterales que la delegación bosnia celebró ayer con los serbios y croatas y con los mediadores internacionales, David Owen por la CE y Thorvald Stoltenberg por la ONU, Izetbegovic se mostró inflexible en su postura.

El presidente bosnio pidió a los dirigentes serbios que los enclaves musulmanes del Este de Bosnia, Sbrenica, Gorazde y Zepa estén unidos territorialmente y no solamente por una carretera tal y como prevé el mapa de Owen y Stoltenberg.

La delegación bosnia también exige que se devuelvan todas las áreas conquistadas por los serbios en las que se produjo la limpieza étnica. Estas ciudades son: Bijeljina, Brcko, Prijedor, Foca, Visegrad y Bratunac, entre otras.

En cuanto a las reivindicaciones a los croatas, los musulmanes insisten en conseguir un acceso directo al mar Adriático y no indirecto como prevé el plan de paz actual.

A pesar de la presencia de los líderes serbio, croata y montenegrino, Slodoban Milosevic, Franjo Tudjman y Momir Bulatovic, respectivamente, en el Palacio de Naciones, ayer no se celebró ninguna reunión conjunta entre todas las partes beligerantes en Bosnia-Herzegovina.

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