21 personas, asesinadas a bocajarro en un barrio de chabolas de Río de Janeiro
Una nueva matanza conmueve Brasil: un grupo de hombres ejecutó ayer de madrugada a 21 personas, entre ellas algunos niños, en una calle del barrio de chabolas de Vigario Geral, situado en la periferia de Río de Janeiro, cerca del limite con Duque de Caxias. Según los vecinos, unostreinta hombres armados llegaron a la favela (barrio de chabolas) poco después de la medianoche y, en una acción que duró pocos minutos, siempre disparando en todas direcciones, mataron a un muchacho que llegaba en una moto y luego invadieron e incendiaron varias casas y fusilaron a familias enteras.
El gobernador de Río de Janeiro, Leonel Brizola, admitió que no tenía dudas de que la matanza era una represalia por el asesinato de cuatro policías perpetrado el sábado pasado por los traficantes de drogas que controlan esa favela. En aquella ocasión, cuatro soldados de la policía militar que acudieron a Vigario Geral atraídos por una llamada telefónica cayeron en una emboscada. Unos diez hombres, que según las autoridades serían miembros de una banda de traficantes, los abatieron con armas automáticas.Ayer, después de la masacre en el barrio de chabolas los vecinos, enfurecidos, levantaron barricadas con neumáticos, bloqueando la vía férrea que pasa por el lugar y una avenida que conduce a la vecina ciudad de Duque de Caxias. Todos exigían la presencia de autoridades federales.
Cerca del mediodía, mientras muchos de los cadáveres todavía yacían en el mismo lugar donde habían caído, el sonido de disparos volvió a conmocionar el miserable barrio. Los vecinos continuaban apedreando a los policías, gritándoles "¡asesinos!" y exigiendo justicia, cuando varios soldados vaciaron en el aire sus cargadores y golpearon brutalmente a un fotógrafo que registraba la escena.
Al mismo tiempo, desde lo alto de la favela los traficantes de drogas, desafiaban a la policía con salvas de cohetes.
Desde octubre de 1992, cuando, al reprimir un motín la policía de Sâo Paulo fusiló a 111 presos desarmados, se han repetido en Brasil unas matanzas que dejan al descubierto la impunidad de que goza la policía. Hace un mes, un grupo de policías ejecutó a siete menores abandonados que dormían frente al portal de una iglesia.
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