LOS LÍMITES DEL RECICLADO.
El mercado sólo recupera el vidrio, mientras que desaprovecha el 98% del papel usado
Papel sucio
'Verdes' respuestas a la basura ecológica
"El papel manchado es irrecuperable porque los fabricantes no lo quieren", argumentan los responsables municipales, y por tanto ya no se preocupan de separarlo del resto de la basura. A las empresas les costaría mucho dinero limpiarlo y, además, para ello tendrían que utilizar productos químicos contaminantes. La inversión tampoco compensaría por el bajo precio de este papel en un mercado saturado por la producción de países más avanzados ecológicamente, como Alemania y Estados Unidos.Que este sector no es un negocio se demuestra con otro dato. El Ayuntamiento antes recibía de Repacar, la empresa que recoge el papel limpio de los contenedores, 50 céntimos por kilo. Ahora paga la recogida y ya no ingresa nada. Además, se está haciendo a la idea de subvencionar en breve este servicio, como ocurre en otros países.
Un portavoz de Papelera Peninsular considera que el problema lo genera fundamentalmente el Ayuntamiento por no poner más contenedores para abaratar el coste de la recogida. Admite que el color del papel reciclado es un inconveniente, pero precisa que su demanda va en aumento. Papelera produce unas doscientas toneladas diarias, con un precio tan sólo un 15% inferior al papel normal.
El responsable del equipo Verdegaia, que gestiona el proyecto de separación en origen a 4.000 familias de la Ciudad de los Periodistas, el barrio del Pilar y Mirasierra, opina que la clave está en "centralizar en una Administración la gestión de todas estas campañitas".
Encontrar la aguja del pajar
Sin embargo, el nuevo sistema de tratamiento de la basura no es barato. Cuesta tres veces más que el tradicional de amontonar los desechos en el vertedero. El Ayuntamiento debe abonar 3.100 pesetas por cada una de las 1.200 toneladas de residuos que llegan cada día a la instalación.Más barato y efectivo sería separar la basura desde los hogares, como se hace en los países centroeuropeos. Pero, a falta de medios y hábitos, Madrid ha tenido que dotarse de una gran instalación para hacer el trabajo del vecino. Pero no es igual; el papel que llega a la planta está sucio y no es aprovechable.
Además, el reciclado no es negocio. En noviembre pasado cerró una instalación (Vertresa) que se dedicaba a tratar 1.800 toneladas de basura para aprovechar el plástico y la chatarra. Ahora, la nueva planta de residuos está buscando la manera de colocar las 10.000 toneladas de abono producidas.
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