Husmeando rarezas

Me da la impresión de que la concejala de Medio Ambiente, señora Aguirre, pretende burlarse de todos con ese dichoso jardín de Felipe II recién descubierto, y así lo digo puesto que el firmante, colaborador durante bastantes años del entonces servicio de parques y jardines, gustaba husmear en sus ratos libres rarezas de los parques madrileños, hallando algunas muy divertidas junto a otras dramáticas.Entre las divertidas, una subasta de canguros, ya que habían procreado de forma enorme (creo que se subastaron 40); la propuesta de un concejal sobre una adquisición de góndolas para embellecer el estanque grande, y la aclaración de otro proponiendo se alquilasen o comprasen también algunos góndolos, conviniendo que las crías pasasen a propiedad municipal; el lugar donde fue ubicado un modestísimo recuerdo cerámico del Ayuntamiento de Pedro Rico a los sublevados de Jaca, Galán y García Hernández, etcétera... Ahora bien, datos sobre el tal jardin de Felipe II no aparecen por parte alguna, y conste que se ha consultado a Fernández de los Ríos, Mesonero, Bravo Morata, Pedro de Répide, Carmen Ariza, etcétera.

Por supuesto, no todos, ya que las publicaciones son muy numerosas. Ahora bien, quizá Pedro de Répide nos aporte luz, ya que asegura que la Casa de Campo fue adquirida a parcelas, iniciándose su compra a Iván de Vargas hacia 1562 y concluyéndose en 1736 (Carlos III), fechas en las que se comenzó a cercar. No parece, pues, muy lógico crear jardincillos en un espacio extramuros y sin protección. Además, en toda su minuciosa descripción no lo menciona ni una sola vez.

Otra cosa puede ser el impacto ecológico, en el cual, a mi leal saber y entender, se siguen dando palos de ciego, y conste que el firmante ya pertenecía a la Agrupación Española de Amigos de la Naturaleza mucho antes que Adena y Félix de la Fuente y lo demás. Puedo asegurar que un ferrocarril eléctrico a nivel ecológico no afecta en nada. Otra cosa sería la utilización del Diesel o similares. En Madrid, los tranvías no contaminaban.-