Un fumador fallece tras la negativa de un hospital de Manchester a atenderle
Varias clínicas británicas rechazan desde mayo practicar la cirugía cardiaca a las personas que fumen mucho
Pat Elphick, una mujer británica de 43 años, afirmó ayer que los médicos del hospital Wythenshaw de Manchester "habían matado" a su marido. Harry Elphick murió por un pro blema coronario, después de que los médicos se negaran a efectuarle un chequeo por ser fumador. El hospital de Manchester sigue, desde hace tres meses, la norma de atender a fumadores sólo en situaciones de emergencia grave.
Un portavoz médico rechazó las acusaciones de la viuda y afirmó que los facultativos habían "cumplido escrupulosamente" las prioridades establecidas por la dirección del hospital.Harry Elphick, que ya había sufrido un infarto hace seis meses, se presentó en el Wythenshaw la semana pasada quejándose de molestias en el pecho. Los médicos no quisieron someterle a las pruebas necesarias porque, según su historial clínico, Elphick fumaba más de una cajetilla de cigarrillos al día.
"Tenemos unos recursos limitados, y está demostrado que la cirugía cardíaca sólo da buenos resultados en los pacientes no fumadores", explicó ayer un portavoz del hospital.
La viuda aseguró, sin embargo, que Elphick había dejado de fumar tras el infarto sufrido en febrero. Poco después, participó en un debate televisivo de la BBC sobre las restricciones médicas aplicadas a los fumadores. Mientras tanto, otro hospital de la zona, el North Manchester General, se negó a efectuarle el by-pass que necesitaba tras el infarto, precisamente porque en su ficha figuraba la condición de fumador.
Cuando se presentó, la semana pasada, en el Wythenshaw Hospital, los médicos insistieron en no creer que hubiera dejado de fumar y, en lugar de efectuarle las pruebas necesarias en el mismo día, le dieron hora para hoy martes. Elphick murió el viernes.
"Si le hubieran tratado en el momento necesario, si le hubieran hecho el by-pass tras el infarto y le hubieran hecho caso cuando se quejó de que le dolía el pecho, mi marido estaría vivo todavía", manifestó su viuda. "En cualquier caso, no debería haberles importado si fumaba o no fumaba. Lo que hicieron los médicos fue incorrecto y, en mi opinión, completamente repulsivo", agregó Pat Elphick.
Críticas y apoyos
Una asociación de defensa de los derechos de los fumadores se sumó a la protesta de la viuda y afirmó que la política discriminatoria seguida por varios hospitales británicos, entre ellos los de Manchester, era "completamente absurda. "Es absolutamente espantoso y sorprendente que esto suceda", ha declarado Marjorie Nicholson, portavoz de la Organización para el Derecho a Disfrutar del Tabaco. Nicholson destacó que abrir discriminaciones de este tipo con los enfermos es muy, muy peligroso": "Dentro de poco pueden negarse también a tratar a los homosexuales, las personas que beben alcohol y quienes tienen hábitos alimenticios poco sanos".El cardiólogo Colin Bray, que pasó consulta a Elphick en abril, dijo ayer en una entrevista en la BBC: "Nosotros no hemos anticipado su muerte". Y añadió que los fumadores recalcitrantes con problemas en el corazón viven generalmente lo mismo con by-pass que sin él. "Es la cruda realidad", concluyó.
La dirección del Wythenshaw insistió en que los médicos "tomaron la que, en su opinión, era la mejor decisión clínica". El Ministerio de Salud se ha mantenido hasta ahora al margen de las normas discriminatorias contra los fumadores, alegando que cada autoridad hospitalaria dispone de autonomía para fijar sus prioridades. Ayer, un portavoz ministerial afirmó: "Apoyamos el derecho de los médicos a tomar sus propias decisiones clínicas".
La polémica sobre el rechazo a tratar a los fumadores surgió en el Reino Unido el pasado mes de mayo, cuando los hospitales Groby Road, en Leicester, y Wythenshawe, en Manchester, hicieron público su argumento de que "es inútil operar a un ciudadadano que se niega a prescindir de los cigarrillos". Los cirujanos de Manchester escribieron un artículo en la revista profesional British Medical Journal en el que señalaban que, ya que los recursos de la sanidad pública son limitados, es lógico poner a los fumadores al final de la lista de espera.
El 31 de mayo, el Gobierno británico dio su visto bueno a tal discriminación en unas de claraciones públicas de la directora general de Sanidad.
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