250 rebeldes kurdos muertos en una acción del Ejército turco en el sureste del país

Al menos 250 rebeldes del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) murieron el sábado durante la operación de limpieza lanzada por el Ejército turco en el monte Buzul, en el sureste de Turquía, cerca de la frontera con Irak, donde se habían concentrado 350 o 400 guerrilleros. En la madrugada del sábado, según fuentes turcas, los bombarderos del Ejército barrieron la zona que, a continuación, fue peinada por helicópteros artillados Cobra y Sykorsky y tropas de tierra. No hay información sobre bajas militares.

Los hombres del PKK, provenientes de seis distintas provincias, se congregaron en Buzul, en el triángulo que forman las ciudades de Cukurca, Hakkari y Yuksekova, para celebrar el 100 aniversario del levantamiento en armas de este grupo, que pretende la independencia del Kurdistán turco.Tras siete horas de bombardeos continuados, tropas terrestres persiguieron hasta su muerte o su huída a Irak a los rebeldes, que sufrieron en sus filas al menos 250 pérdidas. A éstos se añaden los 25 guerrilleros muertos el domingo, lo que eleva a 275 el número de miembros del PKK que perdió la vida durante el fin de semana.

El jefe del Alto Estado Mayor del Ejército turco, general Dogan Gures, se ha comprometido personalmente a "acabar con el PKK" antes de que finalice el próximo invierno. Para ello ha destacado 140.000 soldados en el sureste del país, dotados de todo tipo de armamento, desde cazas a fusiles, pasando por tanques y vehículos blindados. La operación comenzó hace un mes y está ocasionando también el traslado forzoso de campesinos a las ciudades para evitar que sirvan de apoyo logístico de las guerrillas.

Unal Erkan, Gobernador de Diyarbakir, capital del Kurdistán turco, declaró que el golpe recibido por el PKK este fin de semana ha sido uno de los más importantes de su historia. Erkan no quiso dar detalles sobre las víctimas, pero insistió en que los separatistas han sufrido un "fuerte revés".

A mediados de semana, otra operación militar en la zona montañosa de Alanduz, cerca del punto donde coinciden las fronteras de Irán, Irak y Turquía, causó al menos 50 bajas entre los rebeldes.

El PKK declaró en marzo pasado una tregua unilateral con la intención de iniciar conversaciones políticas con las autoridades de Ankara. El Gobierno turco consideró que el PKK estaba débil tras la ofensiva desatada el año pasado contra la guerrilla a la que persiguieron hasta sus campamentos en el interior de Irak y no atendió a las peticiones de negociación. Los guerrilleros rompieron su tregua en junio pasado con el asesinato a sangre fría de 36 soldados. Desde entonces, la rabia del Ejército se ha transformado en una lucha sin cuartel contra los separatistas.

Por otra parte, el Gobierno de Ankara no quiso confirmar ni desmentir el supuesto secuestro por miembros del PKK de dos turistas alemanes y uno neozelandés en la región de Serhat, cerca de las fronteras con Armenia e Irán. La agencia de noticias Kurd-Ha, con base en Alemania y cercana al PKK, anunció el domingo la captura de los tres turistas.