Gran noche

Estuvimos en peligro de quedarnos sordos, pues la megafonía alcanzó niveles intolerables, pero valió la pena. El gran cante de Menese y el.gran toque de Habíchuelahicieron uno de sus mejores ejercicios. Es una pareja que se inspira mutuarnente, y cuando el cantaor está en vena de acierto hay que descubrirse. Esa noche lo estuvo, y nos regaló un recital no extenso, pero rotundo, rebosante de grandeza y de jondura.También el baile de Lalo Tejada fue un prodigio de hermosura. Más solemne en la caña, como corresponde, y llena de ritmo, gracia e imaginacion en los tientos-tangos, confirmó una clase de bailaora fuera de lo común. Tiene un especial sentido para componer la figura, sin quebrar la armonía del baile, creando una constante teoría de imágenés fascinantes.

Otro buen concierto de Tomatito, quien se ha rodeado de un excelente grupo de flamencos. Brilló especialmente en el toque porsoleá y en las bulerías, en que es un maestro. Duquende al cante y Joselito Fernández al baile fueron aclamados. Una gran noche flamenca.