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El Gobierno propone congelar los salarios en 1994

Los trabajadores perderían en tres años seis puntos de poder adquisitivo y las empresas mantendrían el empleo

La negociación del pacto social ha empezado con un jarro de agua fría sobre los sindicatos, que, no obstante, han dejado claro que no abandonarán la discusión. El Gobierno les propuso ayer un pacto de rentas que comienza con la congelación de todos los salarios el próximo año, continúa con una estricta moderación salarial y se resume en la pérdida de "unos seis puntos de poder adquisitivo" en los tres años de vigencia del potencial acuerdo. Además, el Ejecutivo quiere reformar el subsidio de desempleo para que reciba la prestación quien realmente lo necesita y quien, además, está en paro a pesar de todos sus intentos para conseguir un empleo. Estas reformas permitirán, según los ministros de Economía y de Trabajo, reducir déficit e inflación, dos requisitos "imprescindibles" para rebajar los tipos de interés y, así, reactivar la economía.

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El Gobierno explicó ayer a empresarios y sindicatos en qué consiste su propuesta de "pacto de rentas para generar empleo": El Ejecutivo propone congelar salarios y dividendos el primer año (es decir, que no suban ni una peseta), que ambos crezcan menos que la inflación el segundo año y que la mejora del tercero quede pendiente de la situación económica. La pérdida global de poder de compra de este pacto sería -según comunicó el ministro de Economía, Pedro Solbes, a los agentes sociales de "unos seis puntos".A cambio, las empresas que se acojan al pacto tendrían que "comprometerse al mantenimiento neto de sus plantillas". El pacto, según el Gobierno, debería durar al menos tres años, "porque a un año no es creíble".

La propuesta del Gobierno tuvo una muy prudente acogida por parte de los sindicatos y el más absoluto mutismo desde la patronal. "Nada impide la negociación, pero las propuestas del Gobierno lo dificultan considerablemente", se apresuraron a subrayar los representantes sindicales tras una reunión convocada con urgencia por el Gobierno para explicarles la dificil situación económica.

La primera dificultad reside en que el acuerdo de rentas propuesto ayer por el Ejecutivo tiene un destinatario claro -los salarios- y otro más confuso-el resto de las rentas- El secretario general de Empleo, Marcos *Peña, dejó claro tras la reunión que los asalariados serán los principales afectados. El motivo, dijo, es que Ios acuerdos de rentas se firman entre empresarios y trabajadores, y, al exigir sacrificios de gran magnitud a la parte más débil, requieren la presencia del Gobierno para que se garantice la equidad".

Los sacrificios se traducen en la congelación de los salarios el primer año -es decir, ninguna subida y la pérdida de toda la inflación de ese año como poder adquisitivo-, una subida inferior a la inflación el segundo, y otra no cuantificada y pendiente de la marcha de la economía el tercero. Además, se revisaría la estructura de los salarios para reforzar la parte variable -y sujeta a la productividad- de los mismos.

Las garantías de equidad que propuso ayer el Gobierno son, en líneas generales, las siguientes: Las empresas que se acojan al pacto deberán "comprometerse al mantenimiento neto de las plantillas"; la pérdida de poder adquisitivo de los salarios estará acompañada de `la congelación de los contratos de los directivos y de la supresión de todos los acuerdos de blindaje, empezando por los que existen en la empresa pública"; se potenciará la reinversión de beneficios, por alguna fórmula aún no decidida, y el reparto de dividendos -seguirá un patrón similar a los salarios.

Cláusula de descuelgue

Un sacrificio añadido es que el Gobierno sólo propone este pacto a las empresas con beneficios, es decir, tendría cláusula de descuelgue para las que -por sus pérdidas- no puedan garantizar el mantenimiento de la plantilla neta.El Gobierno defiende este pacto de rentas porque "sería un paso muy importante para lograr un crecimiento, sostenido y no inflacionario", y porque sólo con la inflación "bajo control" es "posible pensar" en bajar los tipos de interés. El secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor, diagnosticó que sólo con control del déficit y de la inflación futura pueden rebajarse los tipos de interés, y esa bajada es imprescindible para reactivar la economía.

El acuerdo, según Marcos Peña, permitiría "mejorar las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores y elevar la competitividad de las empresas". La primera afirmación se justifica por el compromiso que asumirían las empresas de mantener plantillas en un momento de fuerte destrucción de empleo. La competitividad mejoraría por la reducción de costes salariales y el cambio de la estructura salarial hacia la parte variable -y ligada a la productividad- de los mismos.

Los parados deberán garantizar su disposición a trabajar si quieren cobrar el subsidio de desempleo

"Nada hay más regresivo que gastar mal los recursos públicos", afirmó ayer el secretario general de Empleo, Marcos Peña, como justificación inicial a la reforma del subsidio de desempleo que quiere pactar el Gobierno con sindicatos y empresarios. Peña añadió que su objetivo es "proteger la protección social" y, para ello, están "dispuestos a gastar bien". Eso significa, dijo, cumplir la Constitución que "establece y define la prestación de desempleo para casos de necesidad".La reforma planteada en la reunión de ayer se apoyará en seis patas:

- La situación de desempleo debe ser involuntaria.

- El parado debe garantizar su capacidad y voluntad de trabajo, es decir, "quienes cobran el desempleo deben estar dispuestos de forma permanente a trabajar".

- El subsidio está pensado para cubrir "la ausencia de renta". Por ejemplo, habrá que verificar que el parado no recibe, además, alguna indemnización por desempleo.

- Lo que el parado cobre como subsidio deberá ser siempre inferior al salarlo que tenía cuando estaba empleado.

- Se revisarán todas las prestaciones por cargas familiares, es decir, el parado sólo podrá argumentar como carga familiar al cónyuge y a los hijos.

- Se controlará de forma exhaustiva cualquier fraude.

El secretario general de Empleo reconoció que "no saben" cómo puede ponerse en marcha esta reforma, ni cuánto tiempo pueden darse para negociarla con los interlocutores sociales.

Lo que sí tienen claro es que "todas las reformas del mercado de traba o deberían estar a punto cuando se produzca la reactivación económica para poder aprovecharla al máximo".

La reforma del subsidio de desempleo es uno de los- puntos, del temario que esta mañana cerrarán las tres partes en el despacho del secretario general de Empleo. Junto a la definición del temario, los interlocutores realizarán una "declaración común de intenciones" en la que quede claro que todos están a favor de negociar un pacto.

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