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Todas las asociaciones pacifistas vascas se unen para movilizar a la población contra ETA

Pedro Gorospe

La unidad de los grupos pacifistas vascos es un póquer de ases, cuyos resultados se empiezan a suceder en forma de mayor participación en las movilizaciones contra el terrorismo. El bloque formado por Gesto por la Paz, Bakea Orain (Paz ahora), Denon Artean (Entre todos), la Asociación pro Derechos Humanos y La Fundación, ha entendido la necesidad de unir fuerzas y provocar una reacción en sectores inmóviles hasta ahora. El último atentado de Madrid, con siete muertos, y el secuestro de Julio Iglesias Zamora representan el comienzo de una escalada pacifista.

El lazo azul que distribuyeron el sábado estas organizaciones en las basílicas de Begoña y Loyola es, además de una demanda de libertad para el industrial secuestrado, una llamada a la participación y a la solidaridad. Es la primera campaña conjunta de todas las asociaciones, después de la cadena humana de Vitoria con que finalizaron el año 1992."Estrechando los lazos entre todas las asociaciones conseguiremos estar en el camino para que el clamor social sea permanente", explica ayer Javier Madrazo, portavoz de Pakea Orain.

Si la aparición de los primeros grupos fue definitiva en la década de los ochenta para vencer el miedo, la unidad es un escalón más. La Universidad, asociaciones de barrios, de vecinos, feministas, artistas, profesionales liberales, agricultores, ecologistas, insumisos, sindicatos y estudiantes, entre muchos otros, comienzan a interiorizar que la movilización frente a ETA tiene que dejar de ser puntual y convertirse en permanente.

Llamamiento

Incluso el Pacto de Ajuria Enea, en su última reunión, realizó un llamamiento a la espontaneidad social y al protagonismo de las iniciativas surgidas desde los pueblos y las ciudades.El atentado de Madrid y el secuestro del industrial guipuzcoano Julio Iglesias Zamora han cohesionado más el bloque. La consecuencia inmediata es que los encierros, manifestaciones y concentraciones, paros en escuelas e instituciones públicas, campañas callejeras, comunicados y todo tipo de actos contra ETA y la violencia se suceden a diario en Euskadi.

Un verdadero aluvión de gritos y silencios pacifistas. Más de 1.000 ciudadanos han llamado a la Ertzaintza (policía autónoma) para intentar dar pistas sobre los secuestradores, en muchos ayuntamientos comienzan a sucederse las mociones de condena por el secuestro y el portavoz de la familia Iglesias, Antonio Elósegui, cree que ha llegado el momento "de apelar a la iniciativa social".

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"Se palpa la preocupación en la sociedad", asegura Abel Uceda, hijo de un músico militar asesinado por ETA y portavoz de La Fundación, "y se están superando algunos miedos. La única medicina para callar a ETA es la solidaridad, la unión y la movilización permanente".

Se trata, pues, de intensificar la acción social y de fortalecer la unidad. Así lo cree el portavoz de Gesto por la Paz, Imanol Zubero. "Más que un cambio de estrategia de los grupos pacifistas, hay que hacer un esfuerzo por la intensidad. Movilizarnos más para que nadie se acostumbre a que hay una persona con cuya vida se está comerciando".

Todos coinciden en que se trata de un momento de muy especial expansión del movimiento, en que las adhesiones tras los últimos zarpazos de ETA están siendo numerosas y significativas. A pesar de ello, están volcados en llegar a todos los sectores con campañas educativas y charlas. "Hay que ser constantes frente al pulso de ETA y HB", opina Madrazo.

La posibilidad de una gran manifestación en septiembre si el industrial sigue secuestrado es acogida con buenos ojos por los movimientos sociales. Sin embargo, subrayan que la sociedad tiene que acostumbrarse más a la espontaneidad de las protestas.

Un trabajo que para Imanol Zubero hay que compartir con el de la educación para la reconciliación. A pesar de los últimos golpes de ETA, Zubero cree que el final del túnel está a la vista, y para alcanzarlo hay que plantar la semilla que permita llegar al final del recorrido sin vencedores ni vencidos.

Frente a estos grupos se encuentra Elkarri, surgida de la coordinadora antiautovía de Leizarán, próxima al ámbito de HB. Volcada en un proceso de conversaciones con el resto de los grupos, recordó a los presos de ETA durante el acto público en el que "reprobó" el secuestro de Julio Iglesias. En el bloque democrático, su actitud provoca escepticismo.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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