Se estrena con éxito la 'Gran Cantata Xacobea', de Conde y Groba

El gran jubileo de 1993 ha culminado musicalmente con el estreno mundial, el pasado sábado, de la Gran Cantata Xacobea, texto de Alfredo Conde y música de Rogelio Groba, escrita por encargo de la Xunta de Galicia. Ni siquiera la acumulación de actividades propia de estas fechas, y mayores en este año excepcional, han restado asistencia y éxito a la presentación de la más importante obra sinfónico-coral con que hasta la fecha cuenta la música de Galicia.Cuanto es símbolo e historia trascendente en la universalidad xacobea, habita en el fondo de unos pentagramas fascinantes que reasumen la palabra poética de Conde, a la vez resumidora y glorificante, a lo largo de los 21 cantos que componen las tres partes del hermoso poema. A la sustancialidad dramática, característica del temperamento de Rogelio Groba se añade un poderoso impulso lírico, un saber evocar desde las últimas vivencias los viejos modos de los Códices y las Cantigas e implicarlos en una serie de ensoñaciones ricamente plásticas.

Recordemos la sonorización del botafumeiro, el gran rito de la ascensión del humo; las luces, las piedras, los brillos y el aire compostelanos; la palabra protagonista de los nombres altos que hicieron historia: el Papa Calixto II, Diego de Compostela y Guillermo de Jerusalén, que nos hablan desde unas arias que tanto son ariosos, cuanto recitativos, libertad sujeta por el ritmo; la llamada de Compostela a todas las gentes y la exaltación del misterio hecho milagro.

Todo ello dentro de un ambiente mágico, esplendoroso en los oros bruñidos de la orquesta, a veces ensimismada, en ocasiones campaneante y clamorosa, siempre conciliadora de la primitiva polifonía paralela y el anhelo barroco por el que se desborda la imaginación.

Lleva la Cantata en sus admirables versos y en la transustanciación de la música algo que se advierte desde el primer momento: una voluntad perdurable, un vuelo que se eleva por encima de los tiempos y los pasajeros gustos estéticos; liturgia antigua, nueva y humanísima; ingenuidad de formas escultóricas románicas e ironía de suaves y agudizados tonos. Así en la gracia especial y recurrente de los tres síes anunciadores de la llegada del cuerpo santo -"Desde lejos lo trajeron, desde lejos navegó"- que contrasta con la atmósfera triunfal, la algarabía de sirenas y caracolas proclamatorias de la gloria de Dios como gloria de los hombres.

Talento y sensibilidad

La suma de grandes piedras líricas que atesora Compostela, desde las altas torres catedralicias hasta las guijos que pisan los peregrinos desde el siglo XI hasta nuestros días, ha encontrado su música nueva gracias al talento, y la sensibilidad del poeta y del músico. Dirigió Rogelio Groba en la Cantata, con la autenticidad propia de la autoría, a un grupo excelente de solistas -María Orán, Mabel Perelstein, Antonio Ordóñez, Peter Knapp y Alfredo Echeverría- que merecerían un artículo aparte por su preciosa labor; a la Orquesta Sinfónica de Galicia que superó la juventud de su existencia, y al estupendo coro London Voices, que dirige Terry Edward, para darnos una versión clarificada en el orden de su ritmo, su color y su textura, e intensa en su emocional expresividad.