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Rusia anula todos los rublos emitidos antes de 1993

Rusia anunció ayer una reforma monetaria que ha lanzado a la población a las calles para deshacerse de todos los billetes emitidos antes de 1993 que dejarán de circular a partir de mañana. La drástica medida tomada por el Banco Central de hecho signífica la introducción de una moneda rusa, que sitúa en una delicada situación a las repúblicas de la ex URSS que no cuentan con monedas propias. Así lo ha reconocido el viceministro de Economía, Andréi Kuzmín, quien declaró que el Banco Central ha emprendido esta reforma "para aislar la masa de rublos que se encuentra en las repúblicas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y también para detener el flujo de rublos que sigue llegando desde las repúblicasbálticas".

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La reforma, que anula los billetes emitidos entre 1961 y 1992 (de uno, tres., cinco, 10, 50, 100, 200, 500, 1.101100, 5.000 y 10.000 rublos) ha sorprendido a todos y provocado la furia de la población rusa, que por segunda vez en el plazo de dos años y medio siente que el Gobierno le roba su dinero.La primera consecuencia a la decisión fue la caída del rublo hasta 1.900 unidades por un dólar en las oficinas de cambio de Moscú. El viernes, el rublo había ganado cuatro puntos frente al dólar, a 1.00,4 rublos en la Bolsa interbancaria de Moscú.

La reforma anterior, que anuló a partir de las cero horas del 23 de enero de 1991 los billetes de 50 y 100 rublos emitidos hasta entonces, causó un gran pánico entre la población y hubo incluso algunas personas de edad que murieron de infarto en las colas de los bancos tratando de cambiar sus ahorros.

Ahora se teme que la situación se repita, aunque el Gobierno asegura que "la medida de ninguna manera está dirigida contra los intereses legítimos de los ciudadanos de la Federación Rusa. El dinero ganado será sin duda cambiado [por billetes emitidos en 1993] sin causar ningún daño material". La gente tiene otra opinión sobre los efectos de la medida, ya que aunque el plazo para cambiar el dinero antiguo es, en teoría, suficientemente extenso (dos semanas), cada persona solamente podrá cambiar 35.000 rublos viejos, poco mas de 3.000 pesetas, mientras que el resto quedará automáticamente depositado en una cuenta a plazo fijo de seis meses a un interés del 55%.

Si se torria en consideración que la inflación en los primeros cinco meses del año ha sido del 164%, tres veces por encima del interés fijado, se comprenderá el descontento que la medida ya ha despertado entre los rusos, muchos de los cuales la califican de 11 auténtico a«traco". Si se mantienen los datos de inflación en los próximos seis meses, el ciudadano ruso verá reducidos sus ingresos a un tercio. Cada 100 rublosde julio de 1993 tendrán un valor real de 33 en enero de 1994. Para los extranjeros las condiciones son peores: tienen sólo el lunes para cambiar su dinero y la suma no puede exceder de los 15.000 rublos.

Cajas de ahorro cerradas

A los moscovitas que se apresuraron ayer a acudir a los bancos les esperaba una decepción. Numerosos cajas de ahorro -la cadena estatal donde la población puede abrir cuentas- ayer cerraron sus puertas "por razones técnicas", como se podía leer en carteles pegados a los cristales. Y los comercios privados, que han proliferado últimamente en la capital, especialmente en forma de quioscos en prácticamente todas las calles moscovitas, no aceptaban ya billetes del año 1992 y de años anteriores. Las tiendas estatales, obligadas aaceptar los antiguos billetes hasta hoy se veían ayer repletas de .gente que compraba cualquier cosa con tal de desembarazarse del dinero que deja de circular mañana. También había colas en los puestos de cambios de divisas, pues muchos rusos optaron por convertir sus rublos en dólares. La declaración del Gobierno ruso en apoyo de la decisión del Banco Central también subraya que esta medida "no está dirigida contra los intereses económicos de los Estados que utilizan el rublo en calidad de medio de pago legítirno".

La medida, en realidad, equivale a la introducción por parte de Rusia de su propia moneda, lo que obligará a los países de la antigua Unión Soviética donde aún circula el rublo a introducir también su propia moneda, o bien a firmar acuerdos con Moscú para recibir los nuevos billetes. Pero entonces las condiciones las impondrá Rusia, que obligará a estas naciones a concertar con Moscú su política económica, financiera y crediticia, algo que hasta el momento los rusos no han logrado a pesar de los esfuerzos realizados. El hecho de desentenderse de los rublos que circulan en los otros países de la CEI, reforzará al nuevo rublo ruso, ya que el 25% de la inflación de Rusia en 1992, según los técnicos, fue importada de las otras repúblicas.

La reforma de 1991 fue realizada por los comunistas, cuando el golpista Valentín Pávlov era primer ministro.

La reforma de ahora, aparentemente, nada tiene que ver con aquélla, aunque ambas situaciones poseen un personaje común: el cerebro de ambas ha sido Víktor Gueráshchenko, como presidente del Banco del Estado de la URSS, en 1991, y del Banco Central de Rusia, en la actualidad.

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