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Ucrania renuncia a su neutralidad por temor a Rusia

El primer viceministro de Defensa de Kíev explica las líneas maestras de la política militar de su país

Pilar Bonet

ENVIADA ESPECIALUcrania ha renunciado a la política de neutralidad y no alineamiento, prevista en su declaración de soberanía, y está dispuesta a aliarse militarmente con Occidente para defender su integridad territorial ante una eventual amenaza rusa. Así se desprende de las manifestaciones realizadas a EL PAÍS por él primer viceministro de Defensa de Ucrania, Iván Bizhán, un general de 51 años, que pasa por ser el peso pesado de la construcción de las Fuerzas Armadas de Ucrania sobre el território de tres distritos militares periféricos, heredados del Ejército Rojo.

Hace relativamente poco, de 1987 a 1989, Bizhán era asesor militar soviético en Cuba. Luego, estuvo en el Estado Mayor de la URSS en Moscú. Al desmoronarse el país, Bizhán volvió a su tierra natal para levantar el nuevo Estado.

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El Parlamento de Kíev ha aprobado una política exterior con un enfoque diferenciado para los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y los países occidentales: las direcciones fundamentales de la política exterior de Ucrania contemplan las relaciones de cooperación "militar" con Occidente, pero no con los vecinos del Este.

La fórmula no es casual. "En nuestra declaración de soberanía nacional (16 de julio de 1990) se dice que Ucrania será un país neutral y no alineado, pero esto no significa que haya que excluir totalmente las alianzas, incluida la militar, si contribuyen a garantizar nuestra seguridad, a mantener nuestra soberanía y la integridad territorial", afirma Bizhán.

Integración con Occidente

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"Consideramos prioritaria nuestra integración con Occidente, incluida la militar. Lo más importante es, la existencia del Estado ucranio", señala. Para Bizhán, la decisión del Sóviet Supremo de la Federación Rusa de considerar Sebastopol como una ciudad propia es "una amenaza a la soberanía y a la integridad territorial de Ucrania". "Si hay circunstancias que cuestionen nuestra soberanía e independencia, el Estado buscará cualquier camino para conservarlas", sentencia el viceministro.A diferencia de Rusia, que mantuvo sus centros militares neurálgicos, Kíev Iba tenido que construir el núcleo de un nuevo Ejército. "A principios de 1992, teníamos un fragmento del ex Ejército soviético. Ahora, hemos formado el Ministerio de Defensa y todas sus estructuras. Hemos tomado la dirección de todas las unidades militares en territorio de Ucrania y ponemos en práctica nuestra concepción de las FF AA".

El Ejército ucranio tenía 700.000 hombres a fines de 1991. Desde entonces, "se ha reducido sustancialmente". A principios de 1994, sus efectivos no superarán las 400.000 o 450.000 personas, afirma Bizhán. Los vicios existentes en el Ejército soviético se han transferido hasta cierto punto al Ejército ruso y al Ejército ucranio, pero con algunas diferencias, opina el general.

"En la oficialidad rusa se refleja la nostalgia del imperio", dice Bizhán. "La situación del Ejército ucranio es totalmente distinta. Nosotros debemos hacer todo lo posible por reforzar nuestro Estado independiente, y no tenemos ninguna nostalgia por la ex URSS, porque en ella, Ucrania no existía como Estado", añade. Bizhán reconoce que los militares ucranios son "muy susceptibles" en todo lo relacionado con la soberanía y la independencia. La concepción de política exterior de Ucrania, establece el concepto de Estado "heredero" de armas nucleares. Los políticos de Kíev utilizan este término como una categoría jurídica nueva para justificar sus reticencias ante el Tratado START I de reducción de armas estratégicas y el Tratado de No Proliferación (TNP).

"Antes de ratificar el START I, Ucrania debe recibir una respuesta precisa sobre las garantías de seguridad, teniendo en cuenta que ningún país del mundo ha renunciado jamás a las armas nucleares que están en su territorio", afirma Bizhán. "Esta cuestión no puede resolverse sólo de forma militar, sino en conjunto, desde el punto de vista político, económico, regional, diplomático". "Por garantías", añade, "entiendo el reconocimiento de Ucrania como un país independiente en sus fronteras actuales. ¿Cómo podemos entregar armas nucleares a Rusia, que no ha reconocido nuestras fronteras?"

Según Bizhán, las garantías no deben ser "una declaración", sino un "documento jurídico vinculante". "Puede ser un documento bilateral, o un documento multilateral entre Ucrania y los países nucleares o entre Ucrania y el Consejo de Seguridad de la ONU", dice.

Preocupación por Crimea

Tal es la preocupación de Bizhán por la situación en Crimea que, la semana pasada, estuvo de incógnito en Sebastopol, la principal base de la flota del Mar Negro, cuando varios miles de personas se manifestaron para que la ciudad fuera transferida a Rusia. "Ucrania ha hecho un gesto de buena voluntad aceptando dividir lo que le pertenece y no puede dividirse", dice Bizhán refiriéndose al acuerdo para dividir la flota del Mar Negro al 50%.Los inspectores militares rusos siguen a cargo del mantenimiento técnico de los 146 misiles nucleares estratégicos de múltiples cabezas (SS-19 y SS24) situados en Ucrania, dice Bizhán para el que, "Rusia no suministra piezas que se producen en su territorio, especialmente en lo que se refiere a las cargas nucleares". Bizhán no especifica si las posibilidades que Ucrania dice tener para impedir el lanzamiento de misiles nucleares son políticas o técnicas. "Son detalles", sentencia.

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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