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100 expertos preven que en una década los españoles van a pagar por servicios médicos

Las conclusiones de un estudio coinciden con el 'Informe Abril' y el Banco Mundial

De aquí a 10 años, los españoles pagarán parte del coste de su atención sanitaria, que seguirá siendo de financiación pública que y cada vez más a partir de impuestos y menos de cotizaciones a la Seguridad Social. La limitación de recursos económicos impondrá un catálogo de servicios financiados. Ésta es la opinión consensuada de 100 expertos en sanidad, entre políticos, médicos, profesores universitarios, proveedores y gerentes de hospitales, recogida en un estudio elaborado por el Programa de Dírección y Organización de Hospitales de la Universidad Politécnica de Valencia.

El informe El sistema sanitario español. Estrategias, tendencias y áreas de desarrollo coincide en sus percepciones con la gran mayoría de las recomendaciones que se hicieron en el informe Abril y también con el informe del Banco Mundial hecho público la pasada semana.En términos generales, los profesionales consultados auguran que en la futura sanidad española todos los ciudadanos tendrán acceso a un nivel mínimo de cuidados; que la financiación del sistema seguirá efectuándose a través de los impuestos mayoritariamente, y que se incrementará la cofinanciación por parte del usuario, mediante el pago de alguna cantidad por cada acto sanitario. "Lo más problable", aseguran, "es que se establezcan prioridades para la financiación de un paquete mínimo de prestaciones por parte del sistema nacional de salud", es decir, que se elabore un "catálogo" de servicios que limite y fije un techo en la cobertura pública.

Crisis de modelos

El argumento de partida es el reconocimiento de la crisis en los modelos de la asistencia sanitaria en todos los países desarrollados por el aumento de la demanda y la limitación de los recursos económicos.El trabajo ha sido elaborado durante 1992 con el sistema Delphi, técnica que trata de determinar qué va a ocurrir en el futuro en un escenario concreto, basada en parte en la estadística y en parte en la opinión del conocimiento y el bagaje personal de un panel de expertos. Entre el centenar de profesionales encuestados figuran el presidente del consejo asesor del Ministerio de Sanidad, José María Segovia Arana; el ex secretario general de Salud Pública Francisco Ortega; el actual responsable del programa nacional del sida, José Luis Rodríguez Agulló; además de catedráticos y representantes de los sectores público y privado. David Vivas y Elena Sánchez, de la Universidad Politécnica de Valencia, han elaborado el informe.

Una de las conclusiones del trabajo, donde se descarta el triunfo en un futuro próximo de las teorías neoconservadoras hacia la privatización de la sanidad, es que el ámbito de discusión del problema ya no es ideológico, sino técnico. "No debemos olvidar que la principal queja de los usuarios del sistema nacional de salud se refiere a la existencia de colas en los hospitales y a las condiciones hosteleras y de organización logística. Éste es un síntoma claro de deficiencias estructurales en el sistema productivo que, de no ser resueltas, provocarán que nos encontremos en la próxima década con una sanidad pública equitativa, pagada por todos los ciudadanos a través de los impuestos, pero ineficiente, masificada, costosísima y sobre todo utilizada por los más pobres", dicen sus autores.

Los expertos entienden que los grupos de presión tradicionales en la planificación de estrategias sanitarias, como han sido los médicos y los políticos, "tendrán en la próxima década un papel secundario, pasando a ostentar un mayor protagonismo los usuarios, gestores y directivos". Es mayoritario el convencimiento de que la responsabilidad de los españoles sobre su propia salud aumentará, sobre todo en los núcleos urbanos, y que ejercerán más sus derechos a través de asociaciones de consumidores.

Todos los encuestados son pesimistas en la evaluación de la atención primaria en España. "Es y será una asignatura pendiente", dicen. La explicación de los autores de este informe sugiere que la población no confía demasiado en la medicina ambulatoria pública y que existe hacia este nivel "escaso apoyo por una parte importante de los profesionales y de la Administración".

Tras constatar que en los hospitales "existe una presión desmesurada de urgencias", los expertos consideran que podría establecerse un nivel de atención nuevo entre la asistencia primaria y la hospitalaria con el fin de atender patologías que sólo entran por urgencias para sortear las listas de espera. También han constatado que los dos modelos sanitarios existentes en la actualidad, el sistema público nacional y el que se realiza a través de seguros, "cada vez se dan más la mano". Desde esta perspectiva ven hospitales futuros, públicos, pero gestionados desde el derecho privado, con presupuestos ajustados a su eficacia y competitivos.

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