Alemanía se niega a bajar sus tipos pese a la presión sobre el franco, la corona y la peseta
Los analistas anglosajones cuestionan de nuevo el futuro del Sistema Monetario Europeo
El Bundesbank hizo alarde una vez más de su independencia, al dejar ayer invariables sus tipos de interés oficiales. No se dejó impresionar por los malos momentos que atraviesa el Sistema Monetario Europeo. Ni el precario estado del franco francés, que junto al marco forma el eje fundamental para la futura unión monetaria europea, ni las dificultades de la corona danesa o de la peseta, conmovieron al Buba. La resistencia alemana juega a favor de quienes apuestan por la ruptura del SME, cada vez más numerosos en los mercados anglosajones, convencidos de que economías como la francesa o española necesitan librarse del yugo alemán para bajar con urgencia sus tipos.
El marco continuó apreciándose ayer en el mecanismo de cambios europeo y se fortaleció frente al dólar después de que el consejo del Bundesbank, el banco central alemán, decidiera dejar invariables los tipos de interés de descuento y el tipo lombardo (las dos tasas principales), en el 6,75% y el 8,25%, respectivamente. La última vez que la autoridad monetaria alemana los redujo fue en el anterior consejo del 1 de julio.La noticia intensificó la presión sobre el mecanismo de cambios. La moneda francesa se vió arrastrada hasta los 3,4215 francos por marco, casi al límite de depreciación establecido en el mecanismo de cambios P,43), aunque luego logró recuperarse hasta los 3,4160, Iigeramente más débil que la víspera.
La depreciación de la corona danesa frente al florín holandés forzó una subida de tipos de 1,20 puntos en Dinamarca y una nueva intervención de los bancos centrales danés y holandés. La corona apenas reaccionó.
Marcha atrás
Por el momento, Francia se ha resistido a subir sus tipos para salvar al franco. Su economía, que atraviesa por dificultades evidentes, necesita exactamente lo contrario y, además, supondría una marcha atrás en la -para algunos demasiado rápida- política de relajación que ha seguido en los últimos tres meses.
Algunos operadores albergaban la esperanza de que el Bundesbank diera finalmente su brazo a torcer y perdonara la precipitación francesa reduciendo, aunque fuera simbólicamente, sus tipos de interés. Esta medida", que haría menos atractivos los activos denominados en marcos, frenaría la. salida de capital que se está produciendo en las monedas más débiles del sistema.
Sin embargo, el Buba ha demostrado que sigue firmemente comprometido en luchar contra la inflación y en controlar el dinero en circulación (M3) por encima de presiones políticas, por fuertes que, éstas sean. El objetivo de esta última variable está entre el 4,5% y el 6,5%. Con el dato de mayo, la M3 se situaba en el 6,9%. Las expectativas están ahora puestas en la próxima reunión del consejo del Bundesbank del día 29, última antes del descanso de verano.
"El mercado es consciente de que Europa necesita una fuerte bajada de tipos de interés. Mientras Alemania se resista, las tensiones en el Sistema Monetario Europeo seguirán", señala Antonio Pulido de FG Inversiones. Este analista descarta la ruptura del Sistema. "El compromiso político entre Francia y Alemania es muy grande y harán todo lo necesario por evitarlo".
Entre los operadores anglosajones (británicos y estadounidenses), sin embargo, se ve próximo el final de mecanismo de cambios europeo, según explica un analista de un banco de inversiones norteamericano. "El Reino Unido no da un duro por el Sistema desde que lo abandonó y Estados Unidos no entiende de compromisos políticos. Sólo ven claro que Europa necesita reducir sus tipos mucho y pronto", añade.
España, al igual que Francia, se encuentra en esta situación. Los malos datos económicos publicados esta semana han extendido las presiones a la peseta. La divisa española, que se depreció hasta las 78,85 pesetas por marco, cerró en torno a las 78,50, en los mismos niveles de la víspera.
Fuentes oficiales aseguraron que desde el pasado 13 de mayo, cuando la peseta se devaluó por tercera vez, el Banco de España no ha intervenido en los mercados y que no tiene intención de hacerlo mientras la moneda no se encuentre en peligro.
A pesar de que algunos analistas extranjeros, citados por Herald Tribune, hablan ya de una cuarta devaluación, la peseta se mantiene apreciada frente al marco. Juan Francisco Gimeno, de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, cree que una cuarta devaluación de la moneda española no estaría justificada "en términos de fundamentales [los datos básicos de la economía]" y que antes de tomar esta decisión la peseta debería salirse de un sistema que no cumple su función: dar estabilidad cambiaria y credibilidad a las monedas que lo componen.
Mientras, el Banco de España intenta transmitir calma en los mercados. Ayer inyectó 2,43 billones de pesetas al 11,06% (la víspera lo hizo al 11,05%), aunque las tensiones los elevaron al 11,50%.
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