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Thatcher moviliza a los lores para que voten un referéndum sobre Maastricht

Enric González

Será una jornada de encuentros y reencuentros: decenas de aristócratas ancianos, exiliados o simplemente ajenos a la política acudirán hoy a la Cámara de los Lores, por primera vez en algún caso, para votar sobre Maastricht. MargaretThatcher, lady Thatcher, y su facción eurorrebelde han rastreado el mundo en busca de votos para su propuesta de un referéndum británico sobre la Unión Europea. Pese a todo, el Gobierno está convencido de ganar la crucial votación.

La búsqueda del lord perdido costó miles de libras, procedentes de "donantes anónimos", y cientos de horas de trabajo del equipo de lady Thatcher. A lord Acton, por ejemplo, le han traído desde Iowa, EE UU. Otros vienen desde Australia, Hong Kong, Canadá o las Filipinas, o desde remotos retiros escoceses. Ayer por la noche, aún se buscaba a unos cuantos lores escurridizos.Los eurorrebeldes constataron que, entre los 400 lores que acudían a la Cámara alta con cierta asiduidad, la mayoría estaba con el Gobierno. Pero había otros 800 miembros de derecho que, de comparecer, podían cambiar los pronósticos. El objetivo era llenar la Cámara y dar la sorpresa. De pedir la Cámara de los Lores un referéndum sobre Maastricht, el Gobierno se vería en una encrucijada constitucional y, probablemente, acabaría accediendo a la consulta.

Algunos de los convocados por lady Thatcher, como lord Harvington, sólo tenían una información muy remota sobre Maastricht. Pese a vivir en el paraíso fiscal de Jersey, a sólo unas millas de la costa inglesa, lord Harvington declaró no estar muy al corriente sobre la polémica y pidió que le explicaran en qué consistía el tratado y por qué lady Thatcher, conservadora, se oponía al primer ministro, John Major, también conservador. El pobre lord Harvington aún no había decidido su voto ayer por la tarde. A menos de 24 horas de la votación, a los eurorrebeldes aún les faltaban 70 votos para poder confiar en la victoria. John Major parecía estar mucho más preocupado, sin embargo, por el voto del próximo día 26, en la Cámara de los Comunes, sobre la inclusión del Capítulo Social en el tratado.

De perder la votación, Major se enfrentaría a dos opciones: o cancelar toda la ratificación y crear un formidable problema en la Comunidad, o tragarse su orgullo y aceptar la Carta Social. En ambos casos, su permanencia en Downing Street se haría muy difícil.

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