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Frank Drake confia en detectar vida extraterrestre antes de que acabe el siglo

El veterano buscador de otros seres en la galaxia expone sus trabajos en Barcelona.

El presidente de la sociedad SETI (en inglés, Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre), Frank Drake, cree "personalmente" que antes del año 2000 se habrán detectado señales de vida inteligente en otro punto de nuestra galaxia, gracias al programa que la NASA inició el 12 de octubre. Al preguntarle si había hecho un cálculo de probabilidades de que se produzca el hallazgo respondió que eso "no se puede calcular" aunque apuntó que creía que eran de "un poco más del 50% la misma del cara o cruz.

Drake fue ayer el máximo punto de atracción del Congreso sobre el Origen de la Vida que se celebra en Barcelona. Es célebre, además de por ser el apóstol de la búsqueda de vida exterior, por la ecuación que lleva su nombre, que en función de una serie de variables concluye que en la Vía Láctea hay 100.000 planetas que acogen vida inteligente. "Entre 10.000 y 100.000 precisó ayer". Lo que intenta desde hace 30 años es localizar alguno.Por el momento, durante los dos meses que ha estado funcionando el moderno instrumental electrónico subvencionado por la NASA, aplicado al radiotelescopio de Arecibo (Puerto Rico), fueron detectadas 15 señales con características susceptibles de pertenecer a alguna civilización tecnológica exterior, "pero todas ellas han sido descartadas" aseguré Drake. El investigador explicó que las Universidades de Harvard y de California en Berkeley llevan a cabo programas e búsqueda y han detectado, respectivamente, 36 y 164 señales con posibilidades, "pero creo que lo más problable es que tengan origen terrestre", precisé. Pese a estos primeras decepciones sigue siendo optimista.

Clark basa sus esperanzas en el "poder" del sistema informático creado para la tarea, que es capaz de analizar siniultaneamente 15 millones de señales de radiofrecuencia gracias a 50 chips, cada uno de los cuales es capaz de 80 millones de cálculos por segundo. El sistema ha sido trasladado a Australia para rastrear el hemisferio sur.

Las señales se buscan en la banda de microondas comprendida entre los 1.000 y los 10.000 megahercios, en la que el ruido de emisiones procedentes de fuentes estelares es menor. Lo que se trata de hallar son ondas polarizadas, procedentes de una fuente alejada -afectadas por el efecto Doppler- y que muestren evidencias de codificación. Todas las que aparentan cumplir las condiciones son sometidas a estrictas comprobaciones, que aún no ha pasado ninguna.

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