Irak modera su reto a las Naciones Unidas para que le permitan vender petróleo

Irak se juega en los próximos días 1.600 millones de dólares (unos 200.000 millones de pesetas). La nueva ronda de conversaciones con las Naciones Unidas para tratar sobre la venta limitada y vigilada de petróleo en los seis próximos meses se inició ayer en la sede de la ONU en Nueva York. Tras varias horas de conversaciones preliminares, se acordó proseguir hoy, que es cuando deben comenzar las negociaciones propiamente dichas.Para impedir un nuevo fracaso, el régimen de Bagdad ha tratado de reducir su actual desafío a las Naciones Unidas, en la llamada guerra de las cámaras, para evitar que ésta impida su ansiado retorno al mercado del petróleo.

La negativa iraquí a aceptar la instalación de cámaras de vídeo para que la ONU controle dos fábricas de misiles ha provocado nuevas advertencias aliadas de que Bagdad se arriesga a un nuevo ataque. Ayer mismo, las alarmas antiaéreas sonaron en la capital iraquí. Se trató de una falsa alarma.

El régimen de Sadam parece haber enviado señales concretas de que estaría dispuesto a una reconciliación con la ONU, aseguraron ayer fuentes diplomáticas árabes y europeas. "Bagdad quiere establecer nuevos contactos, y ése es un argumento que interesa a un buen sector de la comunidad internacional", dijo un diplomático.

El resultado de esas negociaciones depende de la aceptación iraquí a la supervisión de la ONU. El 60% de lo que gane Irak con las ventas debe ser invertido en ayuda humanitaria para la población civil, víctima de la guerra y del estricto embargo impuesto a Irak tras la invasión de Kuwait en 1990. La ONU quiere asegurarse de que esa ayuda llegue a los kurdos del Norte y a los shiíes del Sur, que se alzaron contra el régimen de Sadam Husein.

Al margen de los obstáculos aparentes, la ONU tiene sus propias razones para favorecer un acuerdo: un tercio de los ingresos que recibiría Irak irían destinados al pago de los gastos de la organización mundial en Irak.

El acuerdo, de ser logrado, debe ser aprobado por el Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos y, el Reino Unido podrían supeditarlo al previo cumplimiento de la Resolución 715, que demanda la instalación de las cámaras de vídeo.

Por otra parte, Alí Akbar Velayati, ministro iraní de Exteriores, en declaraciones al periódico teheraní Hansharí, dijo que "Irak ha de evitar el desencadenamiento de cualquier conflicto en la zona del Golfo, para evitar la crisis en la región". El ministro iraní, que participaba en Teherán en el seminario Futuro de la paz y la seguridad en golfo Pérsico y el mar de Omán, agregó que "Irán tiene los medios adecuados para defender la zona de cualquier intervención extranjera conforme al derecho internacional" y que "todos los países del área deben mantener relaciones estrechas para evitar conflictos".

El responsable de la política exterior iraní añadió que, "si los países del Golfo se unen, no dejarán que poderes extraños a la región entren en ella y jueguen con sus naciones", para agregar a continuación que "la religión y el pensamiento islámicos son los mejores instrumentos para unir a los gobiernos del Golfo".