Clinton y Bugs Bunny
A Slash no le gusta hablar de política. "Sólo me preocupa que me pongan una bomba en el hotel", dice. Pero los disturbios de Los Ángeles le impresionaron: "Mi mujer los vivió de cerca, y fue muy fuerte. De todas formas, el mundo genera diariamente situaciones mucho más salvajes, pero como no ocurren en Los Ángeles nadie les da importancia". Mestizo como es, Slash se encuentra en un teórico equilibrio, hecho que le hace ver con más; pesimismo, si cabe, la solución del problema racial en los EE UU: "En mi país la situación es muy tensa, y a diferencia del resto del mundo, allí no nos pegamos por motivos religiosos, sino por motivos raciales. Cada vez que se consigue dar tres pasos hacia adelante, llega alguien que da cuatro hacia atrás".Slash cree que, en cierto modo, el rap es el lenguaje artístico a través del cual se manifiesta todo ese malestar: "Y no me refiero al rap de la MTV, que es pura basura. Yo entiendo lo que pasa con el rap y por qué los negros lo usan como bandera artística. Están verdaderamente marginados, muy jodidos. El rap es para la comunidad negra lo que el punk fue para la blanca hace unos años. Están diciendo basta". Sobre, las posibilidades que tiene Bill Clinton de solucionar los problemas raciales, Slash se muestra escéptico: "Mira, no tengo una opinión formada sobre ese tío. Paso de él, es como Bugs Bunny pero menos divertido. No creo que pueda hacer nada. Además, ya estoy hablando de política y es algo que no me gusta. Veo la CNN, pero lo que más me interesa son los programas de entretenimiento".
Babelia
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