_
_
_
_
_

El formol obliga a cerrar la muestra del centenario de la Casa de la Moneda

Las emisiones producirían irritaciones

La magna exposición sobre los cien años de la Casa de la Moneda (Madrid) fue inaugurada el 10 de junio a bombo y platillo con la presencia del Rey. El 22 tuvo que cerrar durante tres días. Quienes acudieron a la cita notaban algo raro en ojos, nariz y garganta. La culpa era del formaldehído, más conocido como formol; de las emisiones de esta sustancia química usada en los paneles de la exposición para hacerlos ignífugos.

El comité de empresa denunció la existencia de estas emanaciones al Ministerio de Trabajo. Y es que el personal de la casa andaba muy molesto con el picante olor. Emilio Cobos, secretario del comité de empresa, confirma que hubo concentraciones de formaldehído superiores a las permitidas. Jesús Macarrón, socio propietario de la conocida empresa Macarrón, que montó la muestra, explica: "Una nueva normativa de Industria obliga a montar determinadas exposiciones con paneles ignífugos, que reciben un tratamiento con formaldehído. Si hay poca ventilación, como en este caso, se producen molestias". El arreglo ha consistido en colocar extractores de aire y darle una mano de pintura al agua para reducir esas emisiones.Expertos en química señalan que los efectos inmediatos conocidos del formaldehído son las irritaciones de los ojos y de las mucosas. Algunos hablan de que puede ser incluso cancerígeno con exposiciones de altos niveles y durante mucho tiempo, pero ningún estudio lo ha demostrado. Una periodista que asistió a la inauguración señala que el olor era horrible y que tuvo que salirse del acto porque no le paraban de llorar los ojos. Recuerda que el Rey estaba con los ojos y la piel de la cara muy enrojecidos. El olor es similar al que se produce tras barnizar el parqué.

Un ex químico explica que el formol tiene una característica que le pierde, su tendencia irrefrenable a escaparse de los productos de los que forma parte en la vida cotidiana: tableros aglomerados y contrachapados, barnices, desinfectantes, pinturas... entre otros cientos. Si no se aplica correctamente puede ocasionar ambientes muy cargados o irritantes en salas cerradas, mal ventiladas o recién acondicionadas.

Rafael Feria, director del Museo de la Casa de la Moneda, explica que no se puede ventilar más porque hay que mantener el microclima para conservar las valiosas piezas. La exposición, ya abierta, durará hasta diciembre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_