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La mitad de los países de la CE permitirán la libre circulación de personas a partir del 1 de diciembre

Seis de los nueve países de la Comunidad Europea integrados en el Grupo de Schengen, España entre ellos, acordaron ayer desmantelar sus fronteras comunes el 1 de diciembre de este año para permitir la libre circulación de ciudadanos comunitarios y de terceros países , que podrán viajar de un Estado a otro sin enseñar su documentación a la policía . Los otros tres se sumarán al acuerdo más adelante. "Es un importante e irreversible salto cuafitativo", afirmó satisfecho el secretario de Estado español para la CE, Carlos Westendorp, al término de la reunión ministerial que presidió.

La decisión tomada ayer es ante todo, un éxito de la presidencia española del llamado Grupo de Schengen, integrado por todos los países de la CE excepto tres (Reino Unido, Irlanda y Dinamarca), que considera que la supresión hace seis meses de las fronteras para las mercancías y capitales debe ir acompañada por la libre circulación de las personas. A partir de hoy, Francia sucederá a España al frente del Grupo.Aunque la decisión ha sido adoptada a nueve, la libre circulación para las personas sólo se aplicará dentro de cinco meses entre los cinco Estados fundadores del Grupo (Francia, Alemania y el Benelux) y Espafia, mientras otros tres miembros de Schengen (Portugal, Italia y Grecia) deberán esperar por razones técnicas. Para que se respete la fecha, los seis países deberán depositar los instrumentos de ratificación antes del 31 de julio.

Portugal podría beneficiarse de la medida a principios de 1994, cuando sus comisarías, consulados y aduanas de sus fronteras externas estén conectados con el Sistema Informático de Schengen (SIS), el gran fichero policial común con sede en Estrasburgo. Para Italia y Grecia, que no han participado en las pruebas de funcionamiento del sistema, ni siquiera se barajan fechas de incorporación. Westendorp hizo además un llamamiento a los tres países comunitarios que no forman parte del Grupo para que se incorporen "cuando comprueben su buen funcionamiento".

Si se cumple el calendario pactado desaparecerán en diciembre los controles terrestres en las fronteras entre los seis países punteros del Grupo. Los marítimos y, sobre todo, los aeroportuarios tardarán unos meses más en desmantelarse porque requieren adaptaciones prácticas. Los aeropuertos españoles estarán listos, en principio, en enero, pero algunos otros, como el de Amsterdam, obtendrán derogaciones temporales hasta que se efectúen las obras para separar la terminal internacional de la zona de donde saldrán los vuelos con destino a los países Schengen.

En el Palacio de Congresos hubo "sangre, sudor y lágrimas", según la expresión de un diplomático, hasta que Westendorp logró obtener, un sí a su última propuesta de compromiso del ministro francés de Asuntos Europeos, Alain La massoure. "Acabó cediendo al pulso permanente de ocho países contra uno", comentó otro funcionario español.

La inmigración ilegal

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Preocupado por atajar la inmigración ilegal, el nuevo Gobierno de centro derecha francés modificó en abril la actitud de París con relación a Schengen. Lamassoure explicó, por ejemplo, el 29 de abril que Francia mantendría sus controles policiales en sus fronteras con los demás miembros del Grupo porque Italia y Grecia eran incapaces de vigilar eficazmente sus confines. También reprochaba a Holanda su permisividad con el consumo de hachís.

En la mesa de negociación, ayer Lamassoure sostuvo que tres de los ocho requisitos necesarios para la entrada en vigor de Schengen no se cumplían por completo. El control de las fronteras externas, dijo, es insuficiente a pesar de que una comisión del Grupo haya considerado que es adecuado. Insistió en que varios acuerdos suscritos sobre tráfico de estupefacientes aún no se aplican.

El texto final aprobado se hace eco de las tesis francesas. Reconoce que "son necesarios esfuerzos suplementarios para desarrollar los acuerdos alcanzados concernientes a los controles de fronteras externas y de estupefacientes". El secretario de Estado holandés, Piet Dankert, confirmó además que su país discutía con Francia "cómo limitar los efectos externos de la tolerancia" del hachís. El comunicado insta a "acelerar" la puesta en funcionamiento del SIS, que, según los expertos, será operativo en seis Estados a finales del verano.

A pesar de haber dado su acuerdo político a la fecha del 1 de diciembre, Francia conserva, sin embargo, en sus manos lo que Lamassoure describe como "un cerrojo de seguridad" para impedir la entrada en vigor de Schengen. El comité ejecutivo deberá reunirse en otoño para determinar que se cumplen las condiciones previas para la puesta en práctica de la libre circulación.

Los colaboradores de Westendorp se mostraban, sin embargó, seguros de que se trataba de una mera amenaza sin consecuencias. "El que dé marcha atrás", comentaba un alto cargo, "será señalado como el malo de la película". "Esto es irreversible", añadía.

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