Agnelli invoca un "renacimiento total" en Italia
El presidente: de Fiat, Giovanni Agnelli, hizo ayer un llamamiento en favor de un "renacimiento total" que permita superar la recesión económica y la crisis política que atenaza a toda Italia. Agnelli -que dejará Fiat en un año- alertó sobre la gravedad de la crisis económica mundial y adelantó que Fiat entrará este año en pérdidas en lo que se refiere a la actividad operativa. Estas pérdidas -que pueden llegar a 85.000 millones de pesetas en el negocio industrial- se compensarán con "desinversiones en sectores no estratégicos"Fiat, una auténtica vaca sagrada de la economía italiana -285.000 empleos, cinco billones de pesetas de ventas y 500.000 millones de pesetas invertidos, todo ello en 1992- se encuentra en el centro del huracán de tangentópolis (el escándalo por el pago de comisiones a los partidos políticos). Casi una decena de altos cargos de empresas del grupo han tenido ya que responder a diversas acusaciones.
El número tres de la casa, el director financiero Francesco Paolo Mattioli, incluso vivió 38 días de prisión. El número dos, el consejero delegado Cesare Romiti -cuya dimisión fue exigida ayer por varios de los pequeños accionistas que intervinieron en la junta de Fiát- puede ser procesado en cualquier momento.
Miles de millones en comisiones
El número uno, Gianni Agnelli, ante este panorama, no tuvo más opción que dar explicaciones a los accionistas un año después de que Romiti exculpara a Fiat de cualquier tangente, también en la junta de accionistas. Agnelli ha evaluado la cantidad que han pagado en tangentes en 50.000 millones de liras entre 1983 y 1993, cantidad que considera irrelevante para el volumen de dinero que maneja el grupo.
Agnelli optó en la junta de accionistas por realizar una profesión de fe: "Estamos llamados a la revitalización y a la renovación. Será duro, pero no imposible. Fiat no sólo tiene el deber, sino la voluntad de contribuir al renacimiento total", afirmó el avocatto con la voz casi quebrada ante cientos de accionistas que le aplaudieron con más cortesía que entusiasmo.
Agnelli recordó las dificultades que él mismo ha visto atravesar a Italia en el último medio siglo ("la posguerra y la reconstrucción, los conflictos con los sindicatos, el terrorismo") y abordó el problema de la corrupción al final de su discurso.
El presidente de Fiat destacó que todas las operaciones investigadas afectan a contratos con empresas públicas, relegó a "irrelevantes" los efectos de las investigaciones para la cuenta de resultados de Fiat y dejó muy clara la actitud adoptada por su grupo al favorecer el diálogo con la magistratura.
Cesare Romiti destacó que los ejecutivos del grupo "lo hicieron todo en beneficio de la casa y no en provecho propio".
Fiat SpA, según los resultados aprobados ayer, obtuvo unos beneficios netos de 507.000 millones de liras (43.000 millones de pesetas), muy lejos de los 870.000 millones deliras de 1991. La caída, para el grupo, ha sido aún más dolorosa: apenas 550.000 millones de liras de beneficios, menos de la mitad de los 1, 114 billones de liras del año anterior (107.000 millones de pesetas). El dividendo ha quedado reducido a unas escuálidas 100 l¡ras por acción ordinaria, frente a 240 liras por acción en 1991.
Y todas estas cifras serán aún peores este año. Agnelli dejó caer que los resultados operativos de 1993 serán negativos -este año fueron positivos en 24.000 millones de pesetas- por la crisis, del sector. En concreto dan por buenas unas previsiones de pérdidas operativas de un billón de liras (unos 85.000 millones de pesetas). Para compensarlas, Fiat desinvertirá en algunos sectores.
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