El abogado defensor de Juan Guerra pide la nulidad del proceso
El segundo juicio contra Juan Guerra no ha despertado el mismo interés que el primero. Así lo demostró la escasa asistencia de público que registró la primera sesión de la vista por la llamada trama Fridex, en la que el hermano del número dos del PSOE se enfrenta a peticiones de condena que oscilan entre los seis meses y los seis años de prisión. Junto a Guerra se sentaron en el banquillo otros nueve inculpados, todos ellos acusados de prevaricación y maquinación para alterar el precio en la compraventa de una finca en Alcalá de Guadaira (Sevilla). Las defensas de los acusados pidieron la nulidad del proceso.
En el banquillo se sentaron, junto a Juan Guerra y sus socios, el alcalde de Alcalá de Guadaira, el socialista Manuel Hermosín, y dos directivos de Ensidesa, propietaria de la finca. Antes de iniciarse la vista Juan Guerra dijo a los periodistas que el proceso era "un puro montaje" y que todo "se irá aclarando". El hermano del ex vicepresidente del Gobierno acusó a los medios de comunicación de "sacar el tema [el caso Juan Guerra] cada vez que hay elecciones, aunque", agregó, no les arriendo las ganancias".Bajo la presidencia del magistrado más temido -por su fama de conservador y estricto- de la Audiencia sevillana, Agustín del Río, y con un crucifijo como testigo sobre la mesa del tribunal, el secretario de la Sección Tercera abrió la vista con la lectura de los escritos de las acusaciones y de las defensas, 13 en total, cuya representación en la sala casi superaba a la afluencia de público.
Al cabo de tres horas de lectura de reiterados argumentos acusadores y defensores, Del Río dio paso a los nueve defensores para que propusieran a la sala cuestiones previas antes de seguir el curso del juicio, no sin antes haber interrumpido el relato del secretario para reprender a los acusados y advertirles que no hablaran entre sí.
La defensa de los directivos de Ensidesa pidió la nulidad de actuaciones a partir del auto del juez instructor, Ángel Márquez, que abrió el juicio oral, al estimar que no era la autoridad competente por haberse producido los hechos en Alcalá de Guadaira (Sevilla).
Las cuestiones previas del letrado Antonio Mates, defensor de Juan Guerra, fueron más abundantes. Reiteró la de la vulneración de un proceso con todas las garantías por la propia configuración del mismo, argumento ya esgrimido en el primer juicio y que fue rechazado en el fallo judicial.
Intervención telefónica
Asimismo solicitó la nulidad de las diligencias de entrada y registro e intervención telefónica de la sede de la sociedad Corral de la Parra, y culminó instando al tribunal para que anulara el juicio por cuanto las acusaciones particulares a su entender no están legitimadas para ello, por no constar en las actuaciones ni escritos de querella o denuncia de personación. El resto de defensas se adhirieron a estas peticiones de nulidad.La vista quedó interrumpida al mediodía. Por la tarde los abogados defendieron sus peticiones de nulidad, que posiblemente será resueltas hoy.
Según las acusaciones, la empresa CIMPA, participada por Guerra, Juan José Arenas y Manuel Macías, compraron en febrero de 1989 dos fincas -una rústica y otra calificada de zona verde- a Ensidesa, después de que la empresa, pública considerara imposible su recalificación por los informes de dos directivos que actuaron en la operación. La negociación posterior entre Guerra y el alcalde hizo posible que el Ayuntamiento aprobara un cambio de calificación, frenada luego por la Comisión Provincial de Urbanismo. El fiscal jefe de la Audiencia, Alfredo Flores, no dudó en calificar ayer a Juan Guerra como "el eje de la trama Fridex "
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