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El PSOE reivindica el proyecto del arquitecto De la Sota para rematar la Puerta de Toledo

Juan Antonio Carbajo

Alejandro de la Sota, de 80 años, es uno de los arquitectos más prendados de España. Las revistas especializadas le consideran como "uno de los pocos maestros creadores de escuela". Sin embargo, uno de sus últimos proyectos se quedará olvidado en el cajón. La Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) ha decidido no construir el edificio de viviendas y oficinas que encargó en 1988 a De la Sota para rematar la Gran Vía de San Francisco. El PSOE y varios profesionales reivindican ahora aquel diseño, "el último que podría dirigir , dado su estado de salud", comentan.

La Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) volvió a la vida el miércoles después de los meses de naufragio provocado por las irregularidades en la adjudicación de 233 pisos de precio tasado. Este asunto sigue esperando una decisión de la EMV -que ha dado ya cinco repasos a los expedientes- y la investigación del fiscal del Tribunal Superior de Madrid.Mientras tanto, el Gobierno municipal decidió seguir con sus planes y el miércoles adjudicó la construcción de dos nuevas promociones: 178 pisos en Moratalaz por 1.483 millones de pesetas y 98 en la Gran Vía de San Francisco por 975 millones.

Este edificio, que se construirá en el único solar que queda por edificar para rematar el conjunto de la puerta de Toledo, suscitó la polémica. La EMV decidió otorgar el proyecto a Salvador Pérez Arroyo, el arquitecto del Faro de Moncloa y del Planetario, después de desestimar el diseño de Alejandro de la Sota, encargado por la EMV en 1988.

De la Sota es uno de los profesionales más reconocidos. Premio Nacional de Arquitectura, de Artes Plásticas, medalla de oro del Consejo Superior de Arquitectos, recibió en abril el galardón de la Fundación Antonio Camuñas que valora el conjunto de la obra de los arquitectos. Su gimnasio para el colegio Maravillas es una referencia para los profesionales.

En el edificio que diseñó el arquitecto gallego para la puerta de Toledo convivían viviendas y oficinas. Pero Enrique Villoria, concejal del PP y vicepresidente de la EMV, no quiere despachos. "La misión de la EMV es construir viviendas", comenta. El Ayuntamiento, según Villoria, le pidió a De la Sota que eliminara las oficinas. El arquitecto se negó y la EMV convocó un concurso.

El concejal socialista José María de la Riva propuso en el consejo de la EMV recuperar el diseño de De la Sota. "En esa zona de San Francisco el Grande todo son oficinas, y en último caso, las que se incluyen en el proyecto del arquitecto podrían destinarse a dependencias municipales".

El director de la Escuela de Arquitectura, Ricardo Aroca, escribió a comienzos de año al alcalde, José María Álvarez del Manzano, para defender el edificio cuestionado. El alcalde contestó que el verdadero problema era la difícil "comercialización de las oficinas" dada la situación económica.

Villoria entiende la reivindicación del PSOE y de los profesionales, pero no mudará la opinión: "Mi responsabilidad es la de un gestor, no la de un profesor de arquitectura".

Cambios en la normativa

Ahora sólo falta por decidir quiénes vivirán en el edificio de Pérez Arroyo. Villoria tiene intención de variar las normas de adjudicación para evitar nuevos escándalos en la EMV. Según comentó ayer, su idea es crear un Tribunal Supremo que evalúe a los aspirantes con participación de representantes de los solicitantes y de los grupos de la oposición.Además, el concejal quiere aprobar unas normas complementarias que eviten los problemas de interpretación a la hora de examinar los expedientes. También propondrá bajar el límite mínimo de acceso a las viviendas de 4,5 veces el salario mínimo (263.000 pesetas) a 3,5 veces (204.000).

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