El Papa pide ante una multitud que España vuelva a su raíz cristiana

Juan Pablo II condenó ayer en Madrid, ante centenares de miles de personas congregadas en la plaza del Descubrimiento, el divorcio, el control de la natalidad y el aborto. "España necesita volver a sus raíces cristianas", fue su mensaje -recibido entre atronadores aplausos- a los rieles, a los que incitó a "renovar la gracia del bautismo". El Papa recibió al presidente a el Gobierno, Felipe González, y al líder del Partido Popular, José María Aznar.

Entre 800.000 y un millón de personas, según los cálculos de la Policía Municipal, se congregaron en torno al monumento a Colón para asistir a la misa celebrada por el Papa. Las estimaciones, sobre la base de cuatro personas por metro cuadrado y los datos de superficie ocupada facilitados por el Centro de Control de Tráfico del Ayuntamiento de Madrid, rebajan, sin embargo, el número a unas 300.000.La reivindicación de un matrimonio "basado en la fecundidad y abierto al amor" y la condena del aborto fueron las palabras más aclamadas por los fieles.

Wojtyla, que hoy pone fin a su cuarto viaje a España, empleó parte de su jornada en atender a sus funciones de jefe del Estado Vaticano. El Papa leyó un discurso al cuerpo diplomático acreditado en la capital y recibió, por separado, a Felipe González y José María Aznar. Dedicó a los dos políticos el mismo tiempo, lo que significa que hizo una excepción con el líder del PP, puesto que el protocolo papal sólo establece que se dé audiencia a los líderes de la oposición cuando este puesto tenga la condición de cargo institucional, como ocurre en el Reino Unido.

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