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Clinton propone a una mujer centrista para un puesto en el Tribunal Supremo

Antonio Caño

El presidente norteamericano, Bill Clinton, propuso ayer a Ruth Ginsburg, una mujer de orientación centrista y moderadamente partidaria del aborto, para un puesto en el Tribunal Supremo, un cargo vitalicio de los de mayor trascendencia en el sistema político de Estados Unidos. Ruth Ginsburg cumplió 60 años el pasado 15 de marzo; actuaba hasta ahora como juez federal en la capital, Washington.

Con este nombramiento, Clinton pretende equilibrar un poco la orientación ideológica del máximo órgano judicial del país, en el que los conservadores han ido ganando peso en el transcurso de los últimos años tras los nombramientos efectuados por Ronald Reagan y George Bush.El Senado estadounidense debe confirmar la nominación de Ruth Ginsburg. De producirse, será la primera de los nueve jueces que integran el Tribunal Supremo que ha sido designada por un presidente demócrata desde hace: 25 años. El último, el juez Thurgood Marshall, ya fallecido, había sido nombrado por Lyndon B. Johrison. El magistrado Byron White, a quien debe reemplazar la juez Ginsburg, había sido nombrado por el presidente John Kennedy en 1962.

Una mujer, Sandra Day O'Connor, ocupa un puesto en el Tribunal Supremo, para el que fue nombrada por Ronald Reagan en 1981. Con Ruth Ginsburg, Bill Clinton podría compensar al mismo tiempo a las organizaciones feministas, que se habían quejado por el excesivo escrúpulo con el que se examinó a las mujeres aspirantes al cargo de fiscal general.

Ruth Ginsburg es partidaria de mantener la sentencia Roe versus Wade, que legalizó desde 1973 la práctica del aborto en Estados Unidos,, pero ha criticado en varias ocasiones el uso incorrecto y excesivo que se hace de esa sentencia.

La presencia de Ginsburg entre los nueve miembros del Tribunal Supremo garantiza, por tanto, el mantemiento del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, al que se oponen algunos magistrados, entre ellos, Clarence Thomas, el juez negro nombrado por Bush y que provocó el escándalo de Anita Hill. Antes de decidirse por Ginsburg, el presidente norteamericano había descartado al máximo favorito para ese puesto, el juez Stephen Breyer.

En las votaciones del Tribunal Supremo sobre las cuestiones más sensibles, el resultado suele ser de cinco contra cuatro, por lo que Clinton buscaba un candidato de consenso, capaz de trabajar en armonía con los otros ocho jueces, todos designados por presidentes republicanos. La oposición republicana ha manifestado que, por el momento, no tiene nada en contra de Ginsburg. Caso de lograr la ratificación del Senado, Ginsburg será la única juez judía del Supremo.La conferencia de prensa en la que Clinton presentó a Ginsburg fue bruscamente interrumpida después de la primera pregunta, a la que el presidente reaccionó molesto y se negó a seguir contestando. El reportero preguntó si la elección de Ginsburg, después de descartar a otros dos candidatos, no era una prueba de las dificultades de Clinton para tomar decisiones.

El presidente preguntó a su vez cómo era posible que le hicieran esa pregunta después del discurso que había hecho Ginsburg, dejó a los demás periodistas con las manos levantadas y se despidió irritado.

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