Una agencia europea en España

BARCELONA ES candidata para acoger la sede de la Agencia Europea para la Evaluación de Medicamentos, en competencia con rivales de tanto peso como Londres, Amsterdam o Copenhague, además de Dublín o Lisboa. La candidatura, hace ya tiempo tramitada, se acaba de presentar públicamente en Bruselas, con la correspondiente propuesta de emplazamiento y todos los detalles técnicos complementarios.España aspira a albergar la sede de esta agencia, y para ello cuenta con algo más que razones de reparto, con ser éstas muy importantes. Es evidente que la nueva Comunidad Europea debe reforzar institucional y políticamente su área mediterránea, y España está llamada a aportar al proyecto comunitario no sólo su potencial económico y social, sino también su disponibilidad para contribuir al necesario equilibrio territorial. Este equilibrio incluye el reparto de los instrumentos de gestión de que la CE se va a dotar a partir del próximo 22 de junio, cuando el Consejo Europeo asigne las diversas agencias sectoriales.

Con la candidatura de Barcelona para albergar la sede del organismo que controlará la política de medicamentos en Europa, este país ofrece como garantía una ciudad dinámica y solvente que ha sabido demostrar con creces su capacidad en la organización de los Juegos Olímpicos de 1992. Y ofrece además unas comunicaciones adecuadas y un en torno idóneo para esta agencia en concreto, y no otra.

Porque el 60% de los laboratorios farmacéuticos que operan en España está radicado en el área de Barcelona, y porque en ella se concentran más de la mitad de todos los técnicos que en España trabajan en productos farmacéuticos.

El nivel de la organización sanitaria y la solvencia de la investigación clínica de los grandes hospitales y de las cuatro universidades de Barcelona son comparables a los que puedan presentar sus más afamados rivales. La Agencia Europea para la Evaluación del Medicamento será el principal punto de referencia de una industria cuya producción anual supera los 57.000 millones de ecus, con lo que ello supone de inducción a la economía productiva, la investigación y el desarrollo. La colaboración institucional que ha permitido plantear con fuerza la candidatura de Barcelona en Bruselas debe intensificarse en estos días previos a la decisión.

El Gobierno español, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona han ido de la mano, arropados por los empresarios del sector y por la Cámara de Comercio de Barcelona. Es la hora de que estas instituciones refuercen en cuantos foros europeos sea necesario los esfuerzos para demostrar que, para España, ésta es una cuestión de la máxima importancia política.