Los últimos cuadros de Ígor Issacovitch, en Madrid
Una chica en la playa, un chico tumbado, animalitos, asteroides, estrellas, caracolas y amebas. El pintor Ígor Issacovitch, de padre ruso y madre española, vio estas figuras en sus últimos cuadros, creados en la isla de Lanzarote poco antes de morir en un accidente de tráfico el pasado febrero.Issacovitch, que tenía 30 años cuando murió, veía soles rojos en un cuadro que se llama Éxtasis, a hombres y mujeres de raza china entre caracoles, frutas amarillas y estrellas de barro. En la galería Ignacio Varez (calle de Maldonado, 4, Madrid) se exponen desde el pasado día 8 de junio y hasta el. próximo 3 de julio 27 obras del artista bajo el título Mutación. "Esta muestra la estaba preparando cuando murió", recuerda una familiar del pintor. "Estaba en su mejor momento artístico, tenía un futuro muy prometedor", añade, antes de señalar que entre los cuadros hay algunos con "muchísima" fuerza y otros "más flojos".
Poco antes de morir, Ígor Issacovitch escribió: "Pertenezco al grupo de seres experimentales. Empezó a, gustarme y ahora no tengo elección. Punto de no retorno. Una necesidad vital... El objetivo no es otro que desarrollar ideas a partir del otro mediante la regla de la seducción: el secreto".